martes, 31 de julio de 2012

Crecer

"Picking flower with risk" Vladimir Volegov
Hermanita ha crecido. Soy consciente de ello y también de que hoy cumple un año más. Sin embargo, muchas veces, la imagen que se me viene de ella a la cabeza es aún la de una preciosa chiquilla rubia, muy lista y con una opinión propia para todo. Nació con capacidad para tomar decisiones y ¡ay del que osase llevarle la contraria! Afortunadamente, siempre sabía cómo camelarse a sus opositores y resultaba difícil resistirse a su encanto.

Yo ya tenía 10 años cuando nació, así que mis recuerdos no están limitados por los de mi propia infancia, sino que adquirió un papel protagonista dentro de mi vida. Su llegada me sirvió para darme cuenta, ya a esa temprana edad, de que carecía de cualquier tipo de instinto maternal y que acunar a un bebé llorón durante dos horas para que se durmiese merecía entrar en la lista de torturas, en un lugar de cabeza.

"On my way" Joe Bowler
Recuerdo su retahíla de "calla" sentada en su poltrona en la cocina para hacer notar su presencia. También el amplio hueco que algo tan chico podía ocupar en el coche y la deliciosa papilla de frutas que mi madre le daba de merendar en los viajes a Linares, y de los que, por desgracia, no dejaba ni rastro para rebañar por el resto de viajeros hambrientos. La recuerdo con poco más de un año, como una rebelde muñeca de carne y hueso, vestida de azul y agarrada a los muros, mientras aprendía a andar por sí sola, encabezonada en dar rienda suelta a su extrema independencia. Independencia, opinión y claridad de ideas que dejó patentes en sus discusiones con las monjas en la guardería, y en sus intentos de emancipación a los 4 años de edad, cualquier cosa antes que dar su brazo a torcer. Nos divertían sus conversaciones telefónicas con su Romeo infantil y su negativa a comprometerse mientras le hacía ver, con razonados argumentos de adulta, que aún era demasiado joven para ello. El pequeño enamorado era inasequible al desaliento y, tras ver a mi hermanita en clase al día siguiente, volvía a caer de nuevo rendido a sus encantos. Sin que ella fuese consciente, mi madre apuntaba sus frases lapidarias, con su rebuscado vocabulario, para así evitar olvidarlas (lástima que luego olvidase dónde dejaba esas notas). A los 5 años había crecido lo suficiente como para deleitarnos con su romance veraniego en Alemania, aunque no fuese del todo correspondido. Claro que el pobre chiquillo no tuvo éxito en sus tentativas de rechazo y no le quedó más remedio que ceder a regañadientes y resignarse a ser abrazado por su desdeñada "novia" (quién sabe, a lo mejor ya era de esos a los que les gusta hacerse de rogar y dejarse querer).

En sus primeros años escolares, hermanísima y yo la recogíamos del colegio a la salida del instituto. Se despedía de sus amigos y corría con su mochila de peluche, con aspecto de oso panda, colgada a la espalda, y su uniforme crecedero, cuya falda gris llevaba sujeta a la altura las axilas con unos tirantes. Esa misma prenda la conservó hasta el COU, para entonces la lucía a modo de minifalda, sin rastro de hebillas y sujeta con imperdibles. Con 8 años, ejercía de carabina y siempre estaba dispuesta a salir con nosotras, y nuestros respectivos, al cine, a pasear y a tomar tablas de patatas fritas con salsa a Patatín. Durante las vacaciones, cuando aún íbamos a Marbella, me acompañaba a caminar por la orilla de la playa y nos reíamos juntas cuando los italianos nos asaltaban con sus melodramáticas declaraciones en mitad de la arena (no sé si gritaban tanto por que se clavaban la gravilla en las rodillas, al arrastrarse por ella en sus demostraciones amorosas). En Madrid, en cuanto me saqué el carnet, a cambio de dejarme el coche, mi madre me colocó de chófer de la niña y me tocó llevarla a las fiestas de cumpleaños de sus innumerables amigos del colegio (un año después, tanto la tarea como el coche recayeron en hermanísima).

"Low Tide" Vladimir Volegov
Era rubia, guapa, popular, con indudable don de gentes (no parecía hermana mía, aunque sí de hermanísima). Ella y su amiga del alma fueron mi paño de lágrimas en más de una ocasión, y su claridad de ideas derivó en una serie de buenos consejos que sorprendían por su madurez. Supo suplir con creces todas mis carencias innatas de inteligencia emocional, me enseño a utilizar el sentido común, dentro de unos estrechos límites, para analizar bajo la luz de la razón mis caóticos amoríos, y aprendí a sobrellevar mejor los inevitables fracasos a los que mis idilios estaban claramente abocados desde su mismo origen.

Para bien o para mal, sabía lo que quería y estaba dispuesta a lograrlo. Escogió una carrera que le permitiese aplicar sus opiniones de manera pragmática, y se empleó a fondo para lograr un puesto en el que desarrollarlas. Fue capaz de mantener un romance a pesar de la distancia y, durante su estancia romana, movilizó a toda la familia para que la visitásemos, de manera escalonada, en su hogar italiano (nominalmente paterno). En vista del éxito y de la facilidad para congregar a amigos y consanguíneos, continuó con aquella tendencia cuando llegó el momento de su boda. No hubo que desplazarse hasta Italia, los felices novios optaron por la península ibérica: Cádiz reunía todos los requisitos que buscaban para celebrar esa ocasión especial. House y yo también nos rendimos a los encantos de esa preciosísima ciudad y, un par de años después, repetimos el viaje por nuestra cuenta.

"A Keeper" Joe Bowler
Vuelve a estar lejos de nuevo, más que en otras ocasiones. Afortunadamente la tecnología de las comunicaciones ha reducido el tamaño del mundo, al menos a la hora de hablar y mantener el contacto. Ya no es un bebé, ni siquiera esa chiquilla rubia de aspecto engañosamente tierno, pese a que yo aún me la imagine así con frecuencia. Eso sí, pese al paso del tiempo mantiene su determinación de entonces, aunque ahora es ella la que ha descubierto que sí que tiene instinto maternal.

¡FELIZ CUMPLEAÑOS HERMANITA!

Campechanía

El tito Aurelio es la campechanía en persona: bondadoso, afable y franco. Las cosas son cómo son y eso es lo que hay, sin indirectas ni segundas intenciones. Con su llaneza, consigue distender cualquier situación y contribuye a dar ese carácter entrañable a las reuniones familiares. Saca el punto de humor de cada situación, a veces a costa de un exceso de sinceridad que provoca que, todos los presentes, estallen en carcajadas. Su bondadoso carácter evita que nadie se sienta ofendido por la franqueza de sus comentarios, a fin de cuentas son tan sólo un reflejo, en extremo fidedigno, de la realidad.

Es también la persona más expansiva que conozco. Da reconfortantes abrazos de oso cariñoso a todo el mundo y les hace sentirse como en casa. Se guía por su aplastante sentido práctico, hace siempre lo que cree que debe, sin medias tintas. Es generoso y está siempre dispuesto a ofrecerse para lo que se le necesite.

En su carnicería, tanto él como su esposa, hacían gala con sus clientes de su enorme sociabilidad. Siempre estaba pendiente de escoger los mejores productos para su tienda. Presumía de sus filetes, que eran "gloria" tanto en su opinión como en la del resto de los comensales. No había mejor lugar para disfrutarlos que las barbacoas de la granja (precursoras de las de mi hermano), junto con los choricillos de mi abuela y la morcilla, esa "gran señora" digna de veneración, que traía de Baeza. Aunque ya esté jubilado, mantiene sus contactos para, durante las vacaciones, reavivar esos cálidos recuerdos mientras pasa unos días, con mi madre y sus secuaces, en las paradisiacas playas de Cádiz.

¡MUCHAS FELICIDADES TITO!

lunes, 30 de julio de 2012

Algo pasa con Maivi

"Eleonora" Gianni Strino
Mi prima Maivi, cuando era un bebé, sólo conciliaba el sueño cuando su madre, desesperada, la dejaba en brazos de mi abuela. Al sentir el olor de su almohada humana, a la criatura se le iluminaba el rostro y se quedaba tranquila. Sin muestra alguna de pudor, introducía su mano por el escote del vestido, sorteaba enaguas y refajos hasta agarrar el pecho. Le debía de gustar su calor, al igual que su abundancia, y su tacto suave y blando. Una vez que se sentía segura, apoyaba la cabeza sobre aquel cómodo regazo y se quedaba profundamente dormida.

Es la pequeña de seis hermanas y, con ella, a mis tíos se les acabaron las ganas de ir a por el ansiado niño. Consideraron que les sobraba entretenimiento con las ocurrencias de sus hijas y que con tanta distracción no iban a poder disfrutar del varón, si es que llegaba. Como les suele ocurrir a muchos pequeños, hacen su aparición dispuestos a hacerse su hueco, y mi prima no fue una excepción a esta regla.

Tiene un sentido del humor a prueba de bomba. Si es necesario, se ríe incluso de su sombra. Posiblemente tenga que ver con haber sido uña y carne con Titón y, además de colaboradora, ha sido víctima de sus bromas en más de una ocasión.

Consiguió quedarse con todos los primos cuando declaró que había montado un laboratorio secreto en el viejo granero. Su principal área de estudio se iba a centrar en determinar el sexo de los caracoles. Debía de resultarle un concepto bastante confuso lo de que esos bichos fuesen hermafroditas. Planeaba levantarse a hurtadillas por las noches para llevar a cabo su trabajo. Supongo que, el que tuviese un sueño tan profundo (debía dormirse recordando el regazo de mi abuela) le impidió completar, e incluso empezar, sus investigaciones. Perdió la oportunidad de alcanzar cierto renombre. Ya se sabe que el sexo, incluso el de los caracoles, es un tema que siempre goza de popularidad. De todos modos sospecho que, en realidad, lo que pretendía averiguar era cuantos primos picaban e iban al granero en busca del inexistente laboratorio. Según me he enterado, fueron unos pocos.

Espero que mantenga siempre su sonrisa y su buen humor, aunque perdiese por el camino su vocación científica. ¡FELIZ CUMPLEAÑOS MAIVI!

domingo, 29 de julio de 2012

Sam, el Leal

Una de las mejores cosas que le pueden tocar a uno en la vida es la de estar rodeado por una familia cariñosa que apoye y arrope a cada uno de sus miembros en todas sus decisiones. Gente desprendida y generosa que tenga en mente el beneficio del otro por encima del suyo y sopese los distintos puntos de vista antes de opinar. Sus opiniones serán consejos y no órdenes. Lo primero es respetar al individuo, su espacio vital, su libertad de escoger. Aunque no siempre estén de acuerdo, estarán con ellos en los aciertos y en los errores, les secundarán en sus decisiones, les consolarán en los fracasos y serán su apoyo para que se levanten de nuevo. Sin agobiar, con la tranquilidad de saber que se cuenta con su protección y que están ahí al lado, siempre dispuestos a ayudar y a comprender.

Uno de las figuras más importantes de la Comunidad del Anillo de Tolkien es Sam. También en nuestro particular Valinor tenemos la suerte de contar con un  Sam. Sin robar protagonismo, siempre está ahí, con su lealtad y su gran paciencia, bien puesta a prueba desde su entrada en la familia. Al poco de comenzar la relación con la gemela, su buena disposición le convirtió en el candidato ideal para acompañar al Fernández a recoger unas cosas a la "cercana" casa de la sierra madrileña. El viaje parecía seguro, sin ningún lugar de interés histórico por el camino en el que detenerse a hacer turismo. Sin embargo, la  hora punta de un día de diario en la carretera de La Coruña les retuvo. Para pasar el rato, Fernández decidió amenizar a sus pasajeros con una selección musical. La canción escogida fue "La ovejita lucera", pieza que deleita a grandes y a chicos por igual desde tiempos inmemoriales, y que se convirtieron en memorables en ese momento. El salpicadero y el volante se transformaron en instrumentos de percusión: tambores, tímbales, batería a la que le faltaban los platillos suplidos por unos cuantos "CHAS" (vocales). Tras un par de repeticiones para que el auditorio se aprendiese el estribillo ("y cuando mi ovejita bala ¡Beeee!"), el tito les solicitó que le hiciesen las palmas y balasen en los coros. Así, en versión aflamencada (mucho antes de que a los Manolos se les ocurriese destrozar las canciones de los Beatles), se montó el tablaó en el interior del coche, secundado por todos sus ocupantes, bajo la mirada incrédula del nuevo, y esperable, futuro miembro de la familia.

Su segundo viaje no es que fuese mucho mejor. Por si quedaban dudas sobre si tenía méritos suficientes para pertenecer a la familia, el candidato tenía que ser aprobado por los de Linares y por los mucho más exigentes criterios de los de Canena. Guapo era, pero ¿sería también formal? Tras poner a prueba su paciencia, su memoria y sus modales en el interminable circuito de visitas de saludos al llegar, y de despedidas al marchar, cuando ya parecía que todo había terminado, en el viaje de vuelta a casa se encontraron con la congestión habitual de la carretera de Andalucía al terminar el verano.Antes de La Carolina se encontraron detenidos en un atasco monumental. Tras pasarse en el mismo sitio, encerrados y sin moverse más que escasos metros a lo largo de casi una hora, al Fernández se le ocurrió que sería una buena idea salir y recoger un poco de hinojo. Con gran consideración decidió enviar al pretendiente a por la aromática planta, para permitirle así estirar las piernas. El complaciente Sam se bajó del coche para meterse en las lindes de los olivos mientras seguía las indicaciones de su futuro cuñado, que le contemplaba desde las estribaciones de la cuneta. Con un ojo en la carretera y otro en el campo se apresuró a cortar unas ramas del preciado hinojo y una vez se había hecho con un alijo satisfactorio, regresó a toda prisa para meterse de nuevo en el coche (con la esperanza de no bajarse de él de nuevo). Afortunadamente, el vehículo apenas se había movido durante ese rato, aunque el hinojo no fue la única parada de interés turístico que realizaron en el trayecto.

Tras superar la prueba de fuego con matrícula, se aseguró su entrada en la Comunidad en una posición de honor, que ostenta desde entonces con su discreción característica. Afortunadamente adoraba, y adora, a la geme y se habituó enseguida a los viajes con su cuñado (aunque siempre que le fue posible, procuró ir en un vehículo diferente y, enseguida, se hizo con uno propio). Mis tías, en su papel de carabinas, se vieron obligadas a acompañar a la pareja en el trayecto Madrid- Linares, aunque les pesaba sobremanera perderse el circuito alternativo, y siempre sorprendente, del coche del Fernández.

Hace honor a su personaje: es leal, bueno, paciente y tranquilo. Ocasionalmente, incluso inculca un poco de cordura en la cabeza de sus cuñados, Merry y Pippin.

¡Feliz cumpleaños Sam!

sábado, 28 de julio de 2012

Consortes felices

Mabel Lucy Attwell
Hay consortes de todo tipo. Las hay que potencian los valores de la persona que tienen al lado y juntos son felices y hacen felices a los demás, aunque, por desgracia, también existe la otra cara de la moneda, las que nublan la mente de su pareja y no le dejan ver más que a su persona. No merece la pena hablar de estas últimas y si hacer un homenaje a las primeras.

Un hombre feliz se merece una mujer feliz a su lado. De esa manera ambos se potencian mutuamente y, si encima consiguen mantener los pies en el suelo y rezumar optimismo al hacer frente al día a día, transmitirán su bienestar a los que les rodean. El resultado es un matrimonio cariñoso, sensato, hospitalario, bien dispuesto y siempre sonriente.

Lógicamente, con semejantes cualidades, según las leyes de Mendel, no les corresponde una prole de chiquillos con mala idea, sino niños simplemente divertidos, inquietos y muy, muy traviesos, que adoran a sus padres y que, por tanto, valoran sus consejos, aprenderán de ellos e imitarán su comportamiento según crezcan (aunque aún habrá que esperar para ese ansiado momento de tranquilidad).

"La moutarde de Dijon" 
François-Louis Lanfant de Metz
Lo descrito puede parecer un ideal cursi y romántico, digno de película moralista. No es así. El resultado no es una vida edulcorada y empalagosa. En realidad supone un no parar de la mañana a la noche, y el mérito está en mantener el buen humor ante cualquier situación de esas con las que todos nos enfrentamos habitualmente, acostarse rendido pero satisfecho y levantarse, en ocasiones aún más agotado tras una noche de baile infantil, sin que el cansancio despierte los instintos asesinos que la mayoría alberga en su interior. El que la influencia de la pareja sea un estímulo para superar las dificultades y levantar los ánimos es verdaderamente envidiable. Lo que se obtiene ante la suma de los factores, sin olvidar incluir entre ellos la monótona rutina del trabajo, las distracciones inesperadas y la fatiga, es, sencillamente, una familia alegre y unida.

Sólo me queda desear que la consorte del día sea todavía más feliz con motivo de su cumpleaños.

¡MUCHAS FELICIDADES!

La nostalgia de una madre

Esta es la felicitación de Sole para su niña, que siempre seguirá con nosotros porque forma parte  estructural de la familia. 
"The Convalescent" Frank Holl
"¡¡¡Muchas felicidades, mi niña!!!

Sí, hoy Esther cumpliría 19 años. Parece mentira, pero es la edad que yo tenía cuando ella nació. Lo cierto es que ella solo soplo las velas de su 16 cumpleaños…los 17 y los 18 las sople yo por ella (aunque ella estaba a mi lado, como siempre).

La gente me pregunta siempre cómo estoy, y los que lo hacen se nota que no han pasado por esto. Nunca se está ‘bien’, simplemente aprendes a vivir de otra manera; atesoras recuerdos, hablas mucho de ella, todo te recuerda a esa persona…y la echas de menos constantemente. Piensas en lo injusta que es la vida; te preguntas si hiciste algo mal, si le dijiste las suficientes veces que la querías, o si se lo mostraste con suficiente fuerza.

Sabes que hay mucha gente que la recuerda, mucha gente que la quería y la extraña, mucha gente que aún la llora, y lo seguirá haciendo. Sabes lo querida que era, las vidas que ha marcado, las lecciones que nos ha dado. Su fuerza, su coraje, su valentía… son cualidades que, a pesar de su corta edad, ha demostrado mucho más que otras personas en una vida mucho más larga. Es cierto que no soy nada imparcial, pero creo que la gente que ha conocido a mi hija me entenderá.

¿Cómo estoy? Vacía. No me entendáis mal: como, duermo, lloro, sonrío, incluso río con ganas muchas veces, porque yo aún estoy viva y lo necesito. Mi ancla son mi familia, mi gente, los que me mantienen aquí, y sé que es lo que ella desea: porque me quiere.

Desde que Esther nació, no hubo nada en mi vida más importante; es verdad, me centré en ella, y todo lo hacía por ella. Durante los periodos de enfermedad estaba aún más volcada, pero cuando estaba bien contaba con ella para todo.

"Maternidad" Picasso
Tengo que estar agradecida de haber disfrutado tanto de, y con, mi hija: viajes, salidas, convivencia (fueron sólo unos meses solas, pero a las dos nos gustaba mucho). Yo era su ‘mami’: desde que nació llorando y solo se calló cuando la abracé, hasta que le di permiso para irse…prometiéndole que estaría ‘bien’.

Siempre que me dicen que lo peor del mundo es ver morir a tu hijo, les digo que hay una cosa aún peor (aunque no mucho): ver sufrir a tu hijo y no poder hacer nada por evitarlo. Yo he tenido que pasar por las dos cosas, y ser fuerte, porque aunque yo soy madre, también soy hija.

Hoy hace 19 años que nació mi niña, mi ángel: Esther. Te sigo echando de menos, igual que el día que, por fin, dejaste de sufrir.

Te quiero, Esther. ¡Feliz cumpleaños!

Mami."

viernes, 27 de julio de 2012

Lo mejor que me ha pasado

Cuando tu pareja te hace desear ser mejor persona para estar a su altura está claro que es una joya y conviene cuidarla como tal. En esto consiste la característica más valiosa del carácter de House, por encima de su brillante inteligencia, su clase y su sentido del humor. No me ciega el amor, como él cree, sino que las experiencias compartidas a lo largo de nuestros años de convivencia me ratifican en mi impresión.

Nunca antes había sido víctima de un flechazo pero, tras compartir nuestro primer baile juntos, mi cerebro se vio invadido por toda una avalancha de sentimientos románticos. Afortunadamente fue recíproco y el baile se prolongó toda la noche. Ninguno de mis ex compartía mi afición por la danza y, está claro, que esa afinidad era necesaria para despertar la chispa (o más bien el fulminante relámpago) de la relación. En mis sueños, el príncipe azul siempre bailaba con la princesa del cuento.

Descubrir cosas nuevas en tu pareja se supone que contribuye a mantener vivo el romanticismo en la relación. House puede sorprenderme casi a diario. Me encantan los días en los que está cariñoso y sé que debo darle más espacio vital en los momentos en los que odia al mundo. Puede que no sea muy demostrativo, yo tampoco lo soy, pero eso no significa que no adore a la mayoría de su familia y esté allí cuando lo necesitan. Es flexible en su juicio, incluso cuando tiene argumentos con los que probar que lleva razón, no discute por lo que no merece la pena, y si es necesario ceder, cede. Se preocupa por sus pacientes tanto como disfruta con su trabajo, aunque tiene aún menos paciencia que yo con la estupidez humana (también es más inteligente y la capta antes). Sabe como evitar que le toreen aunque, el que le conoce un poco, sabe que sólo ladra y nunca muerde.

Es, sin duda, lo mejor que me ha pasado (y, por suerte, me han pasado muchas cosas buenas).  Es una de las pocas personas lo suficientemente listas como para pensar antes de actuar y que trata de adaptar su superdotada inteligencia al nivel del resto del mundo, sin darse aires de superioridad, como hacen muchos mediocres con un cociente intelectual que apenas roza los cien puntos. Posee la rara cualidad de ser fiel a sí mismo. Tiene claro que no necesita demostrar nada a nadie, ni busca la aceptación generalizada, tan sólo le interesa la opinión de los que aprecia y valora.

Aunque se pudiera pensar, en una primera lectura, que el título de "old grump", del nombre del blog, hace referencia a él, se estaría incurriendo en un error al asumir esta idea. House es, sin lugar a dudas, la " most beautiful person" que existe.  Resulta imposible no quererle cada día más. ¡MUY FELIZ CUMPLEAÑOS!

domingo, 22 de julio de 2012

Distinta identidad

Las gemelas eran nuestros ídolos reales de la infancia. Teníamos los héroes de las series de la tele: Comando G, los ángeles de Charlie, pero esos pertenecían a la ficción americana y eran material para nuestros juegos. Sin embargo, nuestras admiradas gemelas existían de verdad, hechas de carne y hueso y de algo más. Eran guapas, divertidas, imaginativas y muy vitales. Las adorábamos.

Ambas son el claro ejemplo de que aunque los rasgos físicos sean hereditarios, en la personalidad hay otros factores. Indiscutiblemente M era la que llevaba voz cantante, era mi heroína personal con su empuje y su capacidad de decisión. P era más dulce y secundaba todas las ideas de M. Por supuesto nunca le llevaba la contraria (no creo ni que se le pasase por la cabeza). P era la heroína de hermanísima. Ambas eran inseparables y cuando iban a la Granja con la tita Mercedes todos los primos abandonábamos nuestras ocupaciones para escuchar sus fascinantes historias y poner en práctica cualquier nueva idea o juego que trajesen. Todo lo que ellas propusiesen era por definición aceptado y secundado por unanimidad, al menos entre los niños. Los adultos se libraban de nosotros mientras ellas nos entretenían, y ni les preocupaba en qué nos manteníamos ocupados. Confiaban ciegamente en nuestras divertidas niñeras, aunque tan sólo fuesen cuatro años mayores que yo.

Sus visitas eran siempre demasiado cortas. El mismo día de su llegada, o con suerte el siguiente, abandonaban la Granja para irse a Canena. Todos protestábamos consternados ante lo que nos parecía una tremenda injusticia. ¡Si acababan de llegar! ¡Las queríamos para nosotros, en exclusividad! ¿Por qué teníamos que compartirlas con el resto de la familia? Por supuesto ellas lo pasaban estupendamente en el pequeño pueblo. También allí eran las reinas indiscutibles y, además, presentaba el aliciente de que se juntaban con primos y amigos en su grupo de edad, y no con una panda de salvajes pitufos.

Lógicamente crecieron, se casaron y se separaron físicamente, aunque el vínculo emocional entre ambas siempre se ha mantenido inalterado. El marido de P es como ella: un buenazo cariñoso, dulce, atento y guapo (rubio, ojos azules, como las mismas "gemes", con una sonrisa entre la de Robert Redford y Brad Pitt, que nos encandilaba cuando eramos unas crías. El comentario generalizado entre las primas al conocerle fue ¿habéis visto qué guapo es el novio de la gemela? Ninguna nos habíamos quedado ciegas, aunque sí miopes en mi caso, así que, con o sin gafas, todas lo habíamos visto). Del de M casi mejor ni hablar. Decir que no se la merecía. Tras muchos años, mostró un día su cara oculta, cuando no hacía ninguna falta que la enseñase. Nos sorprendió a todos, y no de una manera positiva. Después de tanto tiempo juntos, a M, lógicamente más chocada aún que el resto, le afectó mucho y le costó superarlo. Los papeles se invirtieron y P fue su apoyo fundamental. Su empuje la sacó a flote por mucho que el otro se esforzase en hundirla de nuevo. No hay nada más ruin que el chantaje emocional. La geme no tiene caras ocultas y es la de siempre: encantadora, expansiva, resuelta y con un gran magnetismo. Hechas de carne y hueso y "algo más" (¡y por partida doble!).

¡MUCHAS FELICIDADES GEMES!

lunes, 16 de julio de 2012

Carmen

"Flamenco Dancer" Rico Tomaso
La Carmen de Bizet era una mujer hermosa, decidida, magnética y algo casquivana. Las Cármenes de mi familia carecen de la última característica, que no de cierta coquetería, aunque esa carencia queda compensada, más que con creces, por la profusión del resto. Una de nuestras Cármenes jamás pasará desapercibida, ni siquiera al coincidir con las otras en la misma reunión. Logran mantener, todas y cada una de ellas, su particular protagonismo sin menoscabar el de las demás. Eso sí, las que no llevamos ese nombre nos tenemos que conformar con quedar relegadas a un segundo plano ante su presencia. Es mejor así, competir para compartir una parte de su estrella se me figura una tarea hercúlea y abocada al fracaso.

Una de sus grandes cualidades es la de ser inasequibles al desaliento. Cualquier idea que se les cruce por la cabeza va a ser llevada a cabo con todo el ímpetu del que sean capaces (que es mucho). No sé si vencen por hacer perecer de extenuación a sus adversarios pero el caso es que terminan, indefectiblemente, por salirse por la suya. Una vez se tiene conciencia de este hecho es aconsejable ceder y dejarse arrastrar, en lugar de tratar de oponerse y ser arrollado en el enfrentamiento.

Mi abuela quería que yo me llamase Carmen. No lo consiguió porque nací lejos y dos semanas antes de lo que me correspondía (ya entonces apuntaba maneras en relación a mi preocupación por llegar tarde a los sitios). No sé si el nombre influye mágicamente en el carácter de la persona pero, de no ser así, yo nunca habría encajado en este perfil. Más que un gran esfuerzo, habría sido preciso someterme a terapia de electroshock para inferirle a mi naturaleza algo de magnetismo. Siento el disgusto que se llevó en su momento la pobre mujer, pero Grumpy encaja mucho más con mi talante que la personalidad arrebatadora e infinítamente sociable de la mayoría de las Cármenes.

¡MUCHAS FELICIDADES A TODAS LAS CÁRMENES!

miércoles, 11 de julio de 2012

Tiempo


El tiempo lo cura todo aunque para lograr este efecto terapéutico, hay que darle tiempo al tiempo. Los malos momentos pasan, las situaciones más duras se sobrellevan mejor si se le pone al mal tiempo, buena cara. Con una sonrisa se ilumina la tristeza, al tiempo que reconforta y convierte en entrañables las vivencias más amargas.

Todas las cosas llevan su tiempo. Un instante desgarrador se troca paulatinamente en una memoria agridulce que, según pasan los años, deja marcada más profundamente la huella de los buenos momentos y difumina el dolor de la pérdida. En ocasiones, la alegría y el brillo de alguien son inolvidables y perduran más allá de su paso por la vida. Su llama permanece encendida, guardada como un cálido tesoro en el interior del corazón de los que deja.  Lenta e imperceptiblemente, su claridad disipa las negras sombras de la pena, la opresión del duelo desaparece y queda sólo la nostalgia.

Se aprende de ellos a vivir el presente, cada bello y efímero segundo de este, sin aferrarse a un pasado que, durante ese lapso, se ha transformado en un dulce recuerdo que siempre formará parte de la esencia de uno. El imprevisible futuro nos sorprende con frecuencia con lo que nos depara. La incógnita forma parte de su encanto.

"TIEMPO"

Tiempo de nacer,
tiempo de llorar.
Tiempo de crecer
y tiempo de mamar.
Tiempo de jugar,
tiempo de caminar,
tiempo de caer
y tiempo de aprender.

Tiempo de hablar,
tiempo de callar,
Tiempo de conocer
y tiempo de leer.
Tiempo de entender,
tiempo de sorprender.
Tiempo de compartir
y tiempo de vivir.

Tiempo de trabajar,
tiempo de celebrar.
Tiempo de soñar
y tiempo para amar.
Tiempo de reír,
tiempo de gozar.
Tiempo de viajar
y de regresar.

Tiempo que perder
y tiempo perdido.
Tiempo para recordar
y tiempo de olvido.
Tiempo de ceder...
tiempo de envejecer.
Tiempo de dormir
y tiempo de morir.

Tiempo de eternidad,
de inmortalidad.
Tiempo de memoria
y tiempo de gloria.

lunes, 9 de julio de 2012

Peligrosas pelirrojas

Las mujeres pelirrojas tienen fama de tener un carácter tan encendido como su pelo. Supongo que eso es generalizar demasiado, aunque en el caso de mi prima Ro la regla se cumple a rajatabla. Siempre ha tenido facilidad para buscar, encontrar y meterse en líos. Al ir a iniciar la adolescencia, la recién estrenada mujer decidió que los niños de su edad eran demasiado críos para ella y que, por lo tanto, era con sus primas y hermanas mayores con las que le correspondía salir. Por supuesto nadie se atrevió a contradecir a la chiquilla sino que, a la hora de subir a Linares, era una más con la que contar. A sus 11 años le gustaban grupos como The Cure e incluso procuraba peinarse como ellos. Supongo que si no hubiese sido por ella yo jamás habría conocido su música, aunque también opino que no me habría perdido nada.

Durante una temporada canalizó su fogosidad en la única cofradía femenina de costaleras de Semana Santa. Tras aquellos esfuerzos llegaba tan machacada que apenas le quedaban ganas de tramar alguna de las suyas. Claro que se reponía mucho antes de lo que les hubiese gustado a sus padres y, esa misma tarde, ya estaba con sus reivindicaciones para tratar de que nos alargasen la hora de recogida al menos hasta después de la puesta de sol. Alguna vez, gracias a su insistencia, lo consiguió. Por supuesto eso no fue más que un aliciente para intensificar sus demandas.

Nunca ha tenido pelos en la lengua. En una ocasión, mientras hablaba con un muchacho, de buenas a primeras, le soltó: "¡Mírame a los ojos en lugar de al escote!" El chaval desapareció de allí tan rápido como se lo permitió la vergüenza. Supongo que ninguno de los dos había leído el artículo científico que defiende que para el sexo masculino fijarse en el pecho de las mujeres es tan instintivo e inevitable como para el femenino asomarse a contemplar un bebé en su carrito.

Con el matrimonio, y especialmente tras la maternidad, ganó templanza. No sé si el motivo es porque sus hijas consiguen agotarla de tal manera que terminan hasta con sus ganas de juerga.

¡Feliz cumpleaños Ro!

domingo, 1 de julio de 2012

Un marido heroico

La luna de miel de los recientes esposos no sólo ha sido romántica, sino también heroica. Al planearla se habían decantado por un viaje tranquilo, que les permitiese descansar, sin jugar a los exploradores por selvas supuestamente desconocidas, y paradójicamente turísticas. Siguieron la sugerencia de Lucky y el Gris, y decidieron ir a Tenerife, a deleitarse con la variedad de paisajes que ofrecen las Islas Afortunadas en su reducida superficie.

No necesitaron salir del hotel para que la aventura acudiese a su encuentro. Mientras saboreaban las exquisiteces del suculento bufé, les llamó la atención una curvilínea señora, aún joven, que cargaba su plato con un amplio surtido de postres entre los que mezclaba pasteles con helados y fruta. Dedujeron que dado el estado nutricional del que partía no era una cuestión de que pasase hambre habitualmente, por lo que, si no seguía la antigua dieta de mi progenitor, o bien estaba en esos días del mes que se denominan con el eufemismo de "tensión" premenstrual, o su psicoterapeuta había fracasado estrepitosamente en su tratamiento de bulimia (aunque seguramente se curó definitivamente con la terapia de choque de aquella noche).

Mientras el matrimonio disfrutaba de su esbeltez y sus moderadas raciones, la mujer comenzó a toser, atragantada, apenas había comenzado a atacar su plato. La tos se interrumpió y en su lugar dio comienzo una sacudida asfíctica y el rostro de la golosa adquirió un poco favorecedor tono violáceo, cuyo matiz azulado no iba a juego con el rosa gamba del resto de su cuerpo. Super Titón, que acaba de obtener el título de Primeros Auxilios para Maestros, acudió veloz al rescate de la ahogada. El violeta se tornó rápidamente hacia un preocupante morado con oscuras vetas negruzcas, cuyo efecto estético era incluso menos seductor que el tono inicial. Supongo que, dado el atracón que tenía proyectado, la mujer nunca le había concedido demasiada importancia a su aspecto. Aunque su esférico perímetro rebasaba con mucho el de cualquier infante del alumnado, mi primo no lo dudo: la rodeó con fuerza entre sus brazos (resultaba tan poco atractiva que la Jefa no sufrió de ningún tipo de celos) y apretó el estómago de la atragantada en una eficaz Maniobra de Heimlich, ejerciendo una fuerte compresión hacia su espalda, con un giro impulsor de la muñeca hacia su boca. Tuvo que repetir la maniobra una segunda vez, en la que, finalmente, la mujer expulsó un trozo de algo verde y comenzó a respirar de nuevo.


Tras la experiencia la víctima se dejó el resto del postre en el plato y seguramente no vuelva a tomar un surtido similar el resto de sus días (si es que pretende que sean numerosos). Su línea y su colesterol se lo agradecerán. Titón tampoco pudo proseguir con el suyo, aunque a él no le hace falta ninguna dieta. La Jefa se encargó de mimarle y tranquilizarle porque, después de la tensión, el que terminó hecho un manojo de nervios fue el héroe del día. Son gajes del oficio, a los que ni siquiera en el hospital llega nadie a costumbrarse. Ante una situación de estrés de ese calibre, no da tiempo a pensar, la adrenalina se dispara y se actúa directamente. Una vez resuelto el problema es cuando se procesa lo sucedido y al salvador le entra toda la angustia de golpe. Se convierte entonces en un flan y, al calmarse, se queda hecho polvo.