lunes, 28 de mayo de 2012

Un hombre feliz

Se puede definir a mi primo como "un hombre feliz". Su secreto: sabe disfrutar de lo que tiene y, al mismo tiempo, adaptarse a los cambios. Siempre ve el lado positivo, acepta las cosas tal como vienen, tranquilamente, sin necesidad de complicarse la vida innecesariamente, y saca lo bueno de ellas. No se lamenta por lo que "no es y pudo haber sido". ¿Para qué andar dándole vueltas a todo? Una vez tomada una decisión, conviene atenerse a ella, que algún motivo habría para escogerla en su momento. Cuanto más se simplifique todo, más claras serán las ideas, lo que se traduce en mayor lucidez mental.

Siempre tiene una amplia sonrisa pintada en el rostro. Le recuerdo con su habitual gesto risueño desde que era niño. Cuando se le cayeron los dientes de leche, le salieron unas hermosas paletas que mostraba con orgullo y alegría y que le daban el aspecto de un simpático castor al que entraban ganas de abrazar. Era uno de los payaso del trío de "Pichín, Panocha, Pichón" y, su natural desparpajo, contribuía, en gran medida, al sempiterno éxito del número.

Creo que es incapaz de enfadarse. Ni siquiera cuando debe regañar a sus hijos por sus trastadas. A fin de cuentas, los pequeños son portadores de una larga serie de genes familiares estupendos que, además, encajan perfectamente con los maternos por lo que, aunque sean algo traviesos, son niños graciosos y básicamente buenos.

Da gusto estar con él. Ha heredado la acogedora hospitalidad familiar, y junto con su permanente buen humor, hace que resulte imposible sentirse decaído o aburrirse a su lado. Espero que pase un día muy divertido y que sea cada día más feliz.

¡FELIZ CUMPLEAÑOS "PICHÍN"!

¡Felicidades cuñadísimo!

Cuñadísimo, tras casi 25 años de relación, es más un hermano de sangre que político. Además, como hermanísima es la que ha hecho acopio en su persona de todo el instinto maternal y familiar de generaciones pasadas, no es que haya arrastrado a su marido al núcleo familiar sino que lo empujó allí al principio de su romance y, el pobre, se dejó atrapar en él. Una vez dentro resulta casi imposible escapar de la multitud de parientes. Por si fuera poco, también fue alumno de mi madre, con lo que entró en la casa a sabiendas de lo que le esperaba en ella. A efectos de organizarle la vida a uno, tanto mi madre como hermanísima tienen siempre mucho que decir, aunque también es cierto que no son dogmáticas, por lo que a fin de cuentas, cada cual acaba haciendo lo que le place según su propio parecer. Cuñadísimo aprendió rápidamente a manejar estas situaciones y es un as en el arte de la supervivencia.

Es de natural reservado, aunque al pobre le sirve de poco conviviendo con su mujer y sus hijas que no conocen el significado de ese término. No es que su consorte no sepa guardar secretos sino que, como ha explicado muchas veces, se le olvida que sea confidencial, por lo que, cuando se trata de algo que no debe contar, dice que prefiere no saberlo. A la hora de la verdad no vive, ni deja vivir, hasta que no se entera de todo.

Pasa parte de las vacaciones con mis padres, lo que no siempre resulta una experiencia fácilmente llevadera. No me imagino al Dr. House en su situación. Una cosa está clara, en esa circunstancia es mejor no pensar y guiarse por el que detente la voz de mando en ese momento en concreto. En ocasiones las órdenes pueden solaparse e incluso ser contradictorias así que, en caso de duda, el mejor consejo es hacer como que se obedece al conyuge (lo ideal sería huir pero, por desgracia, no suele ser una alternativa medianamente factible). Después de la inmensa emoción de las fiestas se precisa de un periodo de aislamiento y reposo para recuperar la salud mental, gracias a uno, y reponerse del desgaste, con el otro. 

Según palabras del "ciclón", su hija pequeña: su padre está loco y tiene una moto. Esta última es su vía de escape del núcleo duro de la familia. Cuando necesita aire se junta con otros moteros, a veces sólo o también acompañado por esposa y niñas, aunque éstas le siguen con el coche. Opino que, aunque la sensación de libertad sea mayor en el primer caso, para su seguridad es mucho mejor el segundo. En alguna ocasión, se ha visto con la Vespa (o la actual Lambretta) estropeada en una carreterucha perdida e inaccesible entre la nieve de la sierra madrileña. Eso sí, tras contarle la anécdota a hermanísima, será esta la que se encargue de narrarla al resto de la familia, como el resto de la vida, obra y milagros de cualquiera. No se puede tener mejor gaceta.

Además, es una de las personas favoritas del Dr. House y, por supuesto, mía.
¡MUCHÍSIMAS FELICIDADES CUÑADÍSIMO!

sábado, 26 de mayo de 2012

La evolución del romance (III)

(Continuación)
Paula Romani
Cuando una pareja pasa del amor filial de la infancia a encontrar directamente a su media naranja, con todas las cualidades de la sexta fase del romance, y su idilio se consolida con el tiempo, además de su buena fortuna, demuestra con ello una visión que ya quisiera el resto de la humanidad para sí. Dejan de pertenecer al grupo de los "singles" (como se denomina ahora), para iniciar su recorrido por las distintas etapas de la pareja:

Fase 1: el tonteo de la seducción. Se llama tonteo con razón ya que la incertidumbre y las inseguridades propias de la adolescencia pueden dar lugar a situaciones bochornosas.

Fase 2:  la idealizada luna de miel del noviazgo incipiente en la que todo es perfecto (mi angelical prima lo denomina de otra forma). Si no es así, si los problemas surgen en este periodo en el que se está totalmente cegado por la deslumbrante presencia del otro, significa que aquel no está igualmente deslumbrado y  difícilmente se pasará de este punto. Si algo así ocurre en el primer mes, la relación queda sentenciada.

Fase 3: el noviazgo real en el que la venda, al desgastarse, deja entrever la realidad del otro. Esa visión, en ocasiones, puede arrancar la susodicha venda de cuajo.

Fase 4: la consolidación de la relación. El círculo social se centra en la pareja, los amigos son comunes y se "relegan" a un segundo plano. Algunos lo comprenden y otros se lo echan en cara a la "parejita".

Fase 5: el compromiso. Se planea un futuro en común. Llegamos al momento en el que los amigotes "olvidados" esperan que les sea compensado el abandono sufrido durante todo ese periodo. Es la justificación de una noche de juerga loca: la de la "despedida de solteros". Son los demás los que sienten la necesidad de marcar ese evento y machacan a los novios con sus ideas al respecto. Lo cierto es que, la verdadera soltería se pierde en el camino entre la tercera y la cuarta etapa.

Fase 6: el matrimonio (de momento los protagonistas del día aún están liados con los preparativos de la boda, así que hablaré de ello en otro post).

La evolución del romance (II)


"Frog Prince"
Janet and Anne Grahame Johnstone
La idea de romance en la mente femenina difiere bastante de la que se desarrolla en el cerebro de los varones. Eso da lugar a infinidad de malentendidos, novios despistados que se creen las frases de: "no hace falta que lo hagas cariño" o la versión del "no me pasa nada" y el más peligroso aún "¡si no estoy enfadada!" ¿Qué ocurre en la razón, y en la sinrazón, de las mujeres para que se contradigan de esta manera? El complicado proceso atraviesa distintas etapas:

Primera fase: su mamá y su papá. Más ecuánimes desde bebés, reparten su cariño entre ambos progenitores. Tanta complicación a esa edad tan precoz deja su huella en el subconsciente. Pueden ser víctimas del complejo de Edipo y del de Electra, para regocijo del Dr. Freud.

Segunda fase: el hermano de su mejor amiga. Las amigas son fundamentales e inseparables. Lógicamente, por adhesión a ésta, el mejor candidato a "novio de infancia" se encuentra dentro de este círculo.

Tercera fase: el príncipe azul del cuento (con todas las secuelas posteriores). Libros, películas y los peligrosos cuentos de princesas, para que la niña se duerma, en ese momento del día tan idóneo para integrarlos en los sueños. Se hace honor a la frase de Calderón de "la vida es sueño", y se toman estos como realidad. El problema es que la figura del hada madrina no suele presentarse, y sin ella, difícilmente se alcanza con éxito el final del cuento.

Cuarta fase: el "chico popular". Por regla general su popularidad no está relacionada con sus buenas cualidades de inteligencia y carácter, sino con su aspecto físico, que encaja con el del "héroe" de la etapa anterior.

Quinta fase: el "villano". Sí, sí, tal como suena. Las mujeres somos así de tontas. Creo que tiene que ver con el instinto maternal mal entendido: hay que reformar al pobre niño malo y, éste, se aprovecha de semejante idea para hacerse el incomprendido y pretende, y lo que es peor, consigue con frecuencia, que se crean que su carácter no es más que una máscara y que, debajo de esta, hay un corazón de oro que espera ser descubierto. Ni Colón habría descubierto oro en ese órgano, que suele ser duro, sí, pero de piedra negra y con la propiedad de escaldar a la que se acerca. No necesitan una dulce princesa, sino una buena bruja con su "magia negra" que es la única fémina capaz de afectarles, y no por amor a ella, sino por su pundonor frustrado al no poder vencerla.

Sexta fase (a la que no todas llegan): Se supera la estúpida idea de "ya cambiará, gracias a mi influencia" y en su lugar aparece la de: "te quiero tal como eres", por supuesto no aplicable a un villano o se saldrá no sólo escaldada sino más quemada que un ninot tras las Fallas. Es fácil querer a una persona por sus virtudes. Hacerlo también por sus defectos no es tan sencillo, pero estos también forman parte del individuo y, en determinados momentos, hasta se agradecen. Nadie es perfecto.

(Continuará)

viernes, 25 de mayo de 2012

La evolución del romance (I)

El amor tiene distintas etapas. El paso de una a otra no es igual para todo el mundo, y difiere sobremanera entre ambos sexos. Ésta sería una visión, resumida, de la progresión masculina por las distintas fases (ya les llegará el turno de disección a las féminas):

Primera fase: su mamá. Recibe distintos nombres, pero todas las sílabas poseen la letra "m" y pueden ser repetidas hasta la saturación: mi mamá, mami, memé- memé. Dura cómo mínimo, hasta la primera cartilla. Supongo que es por eso por lo que los autores de ésta decidieron empezarla con "mi mamá me mima", frase a la que, en su momento, yo no le vi ni pies ni cabeza. Posteriormente comprendí muchas cosas. Supongo que habría sido mucho más complicado empezar a leer con la frase de "mis padres son partidarios de la educación castrense".

Segunda fase: aunque algunos siguen con su mamá, también está la niña-muñeca del cole que pone ojitos. Los varones, acostumbrados a dejarse querer en la fase anterior, continúan con esa actitud e, incluso, pueden compaginar varias novias a la vez. Esto es evidentemente un signo de inmadurez emocional, que no siempre madura.

Tercera fase: fútbol. Esta cuesta aún más de superar que la mamitis. Tanto es así que la mayoría compaginan  la pasión por este deporte con las etapas sentimentales que le siguen aunque, con frecuencia, el fútbol tenga prioridad sobre el resto de las facetas de la vida (no sólo las románticas). Si hay partido, es mejor no hacer otros planes para evitar frustraciones. Por supuesto, nunca debe organizarse una boda, ni ninguna otra celebración, el día de un encuentro importante. Tener el calendario de la liga, de la copa y demás competiciones en cuenta a la hora de escoger una fecha es un detalle que los invitados agradecerán.

Cuarta fase: las hormonas empiezan a ejercer su efecto, aquí lo que importa es el tamaño de los atributos físicos de las hembras (son reminiscencias de la lactancia. No se guarda memoria consciente de este periodo pero, en el subconsciente, marca al hombre para el resto de su vida: los amamantados, por la experiencia y, los que no, por su carencia). También pueden estar influidos por los balones de fútbol. No es incompatible con la inmadurez de la fase dos ni, lógicamente, con la tres.

"Frog Prince" Janet & Anne Grahame Johnstone
Quinta fase (a la que muchos no llegan): se reconocen cualidades de personalidad e inteligencia en la mujer, aunque los signos externos de fertilidad tampoco se desdeñan. Es el momento en el que, algunas "harpías" aprovechan para engañar a sus víctimas y marcarlas, en ocasiones para siempre. Esas brujas también tienen un papel importante en las relaciones, que ya explicaré en el post dedicado a las féminas.

Sexta fase ("más difícil todavía", reservada para unos pocos): se aprende de los errores, sin guardar rencor al sexo opuesto (el daño de la perfidia de algunas sobre los débiles mentales puede ser permanente o, simplemente, servirles de excusa). Existe madurez y sensatez, lo que hace escoger una pareja por sus virtudes reales, no las imaginarias.
(Continuará)

miércoles, 23 de mayo de 2012

En segundo plano

Los lectores del blog pueden hacerse la falsa impresión de que me pasé mi infancia detrás de un libro con el objetivo de observar, subrepticiamente, el comportamiento de los que me rodeaban y analizar su personalidad. Los que me consideren como una estudiosa encubierta de la naturaleza humana que sepan que no hay nada más alejado de la realidad. Mi interés por el libro era auténtico y superaba, con mucho, el que me producía el barullo del mundo a mi alrededor. Pese a ello, los aludidos en las entradas elogian el retrato que hago de ellos. El motivo de su exactitud no es otro que el que los rasgos que describo no son algo oculto para los ojos de ningún espectador, ni siquiera fortuito, sino que resultan rápidamente evidentes para cualquiera, por mucho que este trate de aislarse detrás de un libro.

El secretismo y el misterio nunca han formado parte del carácter familiar e "inescrutable" no es un adjetivo aplicable a la personalidad de ninguno de sus miembros. Dentro del grupo, hacerse notar parecería algo complicado, sin embargo lo que resultaba verdaderamente difícil era buscar un lugar en el que pasar desapercibido. Con todos los que eramos, siempre había alguien que se las apañaba para encontrarte, quisieras o no. Una vez hecha prisionera, difícilmente se podía continuar con la actividad interrumpida ya que el protagonista del día se encargaba de dejar patente su presencia y de arrastrar a su presa a colaborar en sus planes de juego. En mi caso concreto, no me quedaba más remedio que hacer como que los secundaba. Era la única manera de recuperar algo de tranquilidad. No tengo que añadir que procuraba darle esquinazo a mi secuestrador en cuanto me era posible.

La homenajeada del día es la única de todo el clan a la que se le puede denominar "reservada": no intentaba llevar la voz cantante, no daba órdenes a diestro y siniestro y procuraba no tomar partido por ningún bando para evitar formar parte de estúpidas riñas infantiles. Se mantenía en un prudente segundo plano, sin discrepar, obedecía a los mayores, posiblemente fuese la única que les escuchase, y siempre andaba dispuesta a ayudar a sus padres en su negocio cuando la requerían.  Su introversión le hizo tragarse sola sus problemas de la adolescencia y sus desengaños. Tuvo momentos difíciles que la alejaron del seno de la familia, pero su carácter cariñoso, aunque tímido, y el apoyo de los suyos, la devolvieron al núcleo. Pese a que su reingreso lo realizó con la misma discreción que siempre caracterizó su infancia, el resto se encargó de darle la merecida publicidad a todos sus logros.

Espero que hoy tenga un día de auténtico protagonismo. ¡FELIZ CUMPLEAÑOS!

lunes, 14 de mayo de 2012

¡FELICIDADES LUCKY!

Hace casi tres años, concretamente el 14 de Noviembre de 2009, capitaneados por el infatigable Choce, organizamos una fiesta sorpresa para celebrar la jubilación de la tita Lucky. El evento no fue flor de un día sino que empezó a pergeñarse desde mediados de Junio y, a pesar de la antelación, conseguimos que la tita no se enterase de nada. Lucky es la "Maestra" de la familia, por cuyas manos han pasado la mayoría de los primos en su época de párvulos. Desde que recibió al primero, raro era el año en la que en su clase no contaba con un pequeño representante de la familia, aunque algunos daban suficiente guerra como para que, a cualquiera con menos paciencia, no le quedasen ganas de recibir a ninguno más. No obstante, curso tras curso, ella seguía siendo igual de cariñosa y divertida. En lugar de correr a refugiarse en su casa al terminar las clases, le abría las puertas a todos y siempre había un hueco para alojar a los sobrinos que lo deseasen. Se merecía un homenaje de todos sus alumnos y de la asociación de padres de estos, al igual que de los estudiantes de su singular "escuela de verano".

Cómo no, tras varios cambios de fechas, el fin de semana escogido me coincidía con guardia y no resultó fácil cambiarla pero, tras muchas súplicas a mis compañeros, lo logré. El mismo día de la celebración, a buena hora, cogí el tren cargada con una pequeña mochila con una muda y la bolsa de aseo y, una enorme bolsa de equipaje en la que no llevaba ropa sino que iba cargada de comida suficiente como para el tentempié de un regimiento. En cualquier reunión familiar la nutrición de los presentes es fundamental y, para esta ocasión habíamos distribuido los platos entre los primos, independientemente del origen de cada uno. Afortunadamente las ruedas hacían que la maleta fuese tan fácil de empujar como un carrito de la compra y, gracias al cierre hermético, su contenido pasó desapercibido para el resto del pasaje.

Una vez allí me pusieron al corriente de los planes. Habían decidido bajar todos juntos, y el punto de reunión escogido fue la zona de La Ermita de la Virgen, para que así la tita no se enterase. Ni siquiera sabía que había ido su hijo, que se quedó la noche del viernes con otra de mis tías, para añadir su presencia a la sorpresa. Después de la espera habitual de primero aparecen unos y, cuando llegan los otros faltan los primeros porque se han ido a por hielo, y cuando esos regresan, los demás se han marchado un momento a recoger a alguien. Además había que ocuparse de contener los instintos del tito Fernández para que no se le ocurriese ninguna de sus pequeñas excursiones a la caza y captura de especialidades, como irse a comprar Virolos a Baeza o Alemanes de los Hojaldres Moreno de Guarromán. Hacía un día espléndido lo que ayudó a que esos 30-40 min no resultaran desesperantes como en cualquier otro caso sino que se pasaron en un santiamén entre saludos y charlas con los que aparecían en los distintos intervalos.

El lugar de la celebración era el cortijo. Antes de llegar, escondimos un poco los coches entre los olivos, por lo que nos tocó acarrear las viandas entre los olivares, cuyo suelo no es precisamente favorable para recorridos en los que las cajas no te dejan ver donde pones los pies. No obstante, una llega a la conclusión de que, al igual que sarna con gusto no pica, la carga con ilusión pesa menos y los baches son más suaves. Una vez allí nos pusimos a ultimar las cosas, porque ya se habían bajado previamente mesas y todas las sillas plegables de la familia. Sólo hubo que poner los manteles de papel y empezar a distribuir las delicatessen por encima. ¡Aquello era un banquete linarense elevado a la enesima potencia! Había de todo: albóndigas de la tita Cati, tortilla de patata de Sole (impresionante, tan buena como la de la abuela que era la mejor del mundo), sandwiches especiales de la Pepa además de los de Rodilla que llevó una servidora en la maleta a petición del resto (en Linares no hay Rodilla), empanada casera, ensaladilla rusa de la tita Pepi y otra ensalada brasileña de patata, rollitos de salmón ahumado según la receta de Philadelphia de hermanísima, ensalada de pollo, frutos secos, un queso de torta de la Serena y una paletilla ibérica. Una amiga panadera de Salut nos preparó unos panes especiales (verdaderamente impresionantes: enormes y deliciosos, posiblemente el mejor pan que he probado). Sobre la marcha la tita Li preparó uno de sus arroces, el hermano encendió la barbacoa para asar la carne escogida para la ocasión por sus amigos y además de unas hamburguesas con todos sus complementos, en las brasas se asaron sardinas. Para media tarde, por si alguien quería un bocadillito, había fiambres surtidos y en cantidad (con panecillos en igual cantidad), claro que por entonces aún estábamos con los postres.

Los postres bastaban para un segundo banquete: pasteles alemanes que no tuvo que ir a comprar especialmente el Fernández, 2 tartas de queso y 2 de manzana (riquísimas), un enorme bizcocho de chocolate, un brazo de gitano de la futura Señora de Titón y que estaba mortal (según el novio es porque el ingrediente secreto es la cicuta), otra tarta de manzana de la misma Lucky (que ¿cómo iba ir ella al cortijo sin nada?),e incluso una tarta comprada (para el que no le guste lo artesano). Como complemento para el café las famosas mignardises: pastas, galletas surtidas y una amplia variedad de chocolates gourmet (que ocupaban casi la mitad de mi maleta). Para los niños había chocolatinas aunque estos demostraron no ser ni chispa de tontos porque terminaron antes con el chocolate gourmet.

Una vez todo aquello desplegado, nos quedaba esperar a la homenajeada, por supuesto mientras tomábamos un "tentempié" con el que matar el tiempo y el gusanillo, además de catar y comprobar que todo hubiese salido bueno. Nos dedicamos a la labor con empeño. Aún así, los víveres aguantaron bien el envite y, para cuando llegó la tita, seguía habiendo suficiente comida como para un regimiento (y dos).

Una avanzadilla, escondida entre los olivos, nos informaba de los progresos. Al recibir la señal de que ya llegaba, cerramos las puertas, formamos un grupo delante de ellas con la pancarta de "HERMOSA LUCKY JUBILOSA" y guardamos absoluto silencio (algo inaudito en la familia). Cuando abrió, estallamos en un grito de ¡Sorpresa! y la algarabía debió escucharse hasta en la Plaza del Ayuntamiento. No sólo la sorprendimos sino que se quedó paralizada, nos miró como si se tratase de una ilusión óptica, y se emocionó. Cuando se vio rodeada por los abrazos de más de 70 familiares a la vez, tomó conciencia de que eso superaba su imaginación y que debía de ser real.

Una vez terminamos de saludarla y marearla,  la dejamos que probase algunas de aquellas delicias, y los demás la acompañamos. Cuando nuestros estómagos no podían más, pasamos a la 2ª parte. Está claro, que en una reunión familiar de este calibre, no podía faltar la "función". El hecho de fomentar la vena artística, y fundamentalmente cómica, del tropel de primos desde nuestra más tierna infancia y lograr que nos pasasemos las tardes entretenidos con ensayos y pruebas de montaje, vestuario y todo lo que se terciase, ha dejado una huella indeleble en esta generación de la familia que, con más de 30 añitos seguimos "actuando" como entonces. Con la ayuda de un ordenador y un cañón, se hizo una representación-exposición del libro regalo diseñado por Choce, en el que cada uno leyó la parte que había escrita, y al que se añadió alguna improvisación extra (como el monólogo del hermano), que resultó muy divertida. El Gris le leyó de forma muy emotiva a su homenajeada esposa las estrofas del soneto 5 de Garcilaso, y fue precioso. Lucky acabó flotando entre la emoción y la felicidad. ¿Para que meditar hasta alcanzar el  nirvana? En esta familia no hay nada como el bombardeo afectivo para alcanzarlo.

¡FELIZ CUMPLEAÑOS LUCKY! y espero que te bombardeemos a felicitaciones durante muchos, muchísimos años.

PS: Con motivo de su cumpleaños quería escribir la crónica de aquella reunión (con todos los enlaces correspondientes). Ayer lo festejamos, junto con el del Gris y el mío, en una superbarbacoa en casa de mi hermano. Nos juntamos 30 y comimos como 50. ¡Qué bien lo pasamos! Mi hermano en los fogones preparó todo en su punto y estaba buenísimo. Cuando no podíamos más llegaron los postres: una tarta para cada uno de los homenajeados (que compartimos con el resto tras soplar las velas correspondientes), un brownie para los niños y, para evitar el riesgo de que alguno se quedase con hambre, una bandeja de pasteles del Horno de San Onofre (fantásticos). Hoy necesitaría prolongar el fin de semana para recuperarme del "descanso" de estos días y terminar de hacer la digestión. 

sábado, 12 de mayo de 2012

Cuatro generaciones

Ayer celebramos el 97 cumpleaños de la tita Inés. Para ello, la Señora y dos de sus primos se encargaron de avisar a todos los tíos, primos y demás allegados y de buscar un lugar en el que reunirnos a comer (en esta familia era impensable otra cosa). Llegó un momento en el que perdieron la cuenta de las confirmaciones. Reservaron para 50 y, a última hora, hubo que añadir otra mesa porque faltaban sitios y, aunque era una fiesta de cumpleaños, no era cuestión de jugar a las sillas.

Quedamos a las dos, en el Mesón Portomarín en la Plaza de Lavapies (en concreto en la C/ Valencia, 4), con antelación para estar todos presentes cuando apareciese la homenajeada, efeméride que ocurrió a las tres menos cuarto. En ese intervalo no paramos de besar, saludar y tratar de recordar a algunos miembros de la familia, primos de mi madre, que debí de conocer en mi bautizo. Nos juntamos cuatro generaciones: la tita, sus hijos y sobrinos, la nuestra de sobrinos-nietos, y la de los hijos de los anteriores y sus propios biznietos. Si yo perdí la cuenta y fui incapaz de atar cabos con los lazos familiares, no me quiero ni imaginar lo que estaría pasando por la cabeza de mi consorte, además de la idea de una cerveza con la que refrescarse porque el aire acondicionado aún no había quitado el calor. La pobre tita fue asaltada a su llegada por los deseos de darle un beso de felicitación de todos los asistentes, entre los que me incluyo. Espero que sus nuevas plantillas fuesen cómodas, porque se pasó casi media hora a pie quieto, mientras recibía agotadoras muestras de cariño y nos regalaba su ¡qué precioso! a cada uno de nosotros. La única que llegó después que la tita fue hermanísima, haciendo gala de su puntualidad habitual. En su descargo añadiré que venía con GPS y que el software no debía de estar actualizado, por lo que le indicaba que se metiese por calles de tránsito restringido o de dirección prohibida. Finalmente, tiró el coche donde pudo y terminó el camino andando, seguida de sus dos hijas.

Antes de llevar a cabo ningún otro tipo de festejo, había que tomar fuerzas. Para empezar nos sirvieron un plato mixto de entremeses fríos y calientes, que no era para tirar cohetes. Lo mejor: un queso de tetilla bastante decente. Sin embargo, los segundos fueron brillantes. La mayoría optó por el chuletón de ternera gallega, inmenso y hecho al punto, acompañado de una ración de patatas fritas, también gallegas, deliciosas. Dado que hoy teníamos barbacoa con carne hasta hartarnos, opté por la merluza, cocinada simplemente a la plancha. Era estupenda, jugosa y sabrosa, y la sencilla elaboración era eso: sencilla y perfecta, sin bañarla en aceite para esconderla, no lo necesitaba, ni ninguna otra aberración similar. Para acompañar, unas patatas panaderas tan ricas como las fritas del chuletón. Se agradece que no acompañasen el pescado de la típica bola de patata cocida con la que suelen adornarlo. Este tipo de preparación resulta infinitamente más apetecible. Para entonces ya estábamos todos bastante llenos, pero quedaba el postre: un generoso surtido de dulces gallegos: filloas de crema, algo insípidas, y tarta de Santiago, que sin ser excelente no estaba mal, con un trozo de helado de vainilla.

Sirvieron el brindis de espumoso y dio comienzo el homenaje. Se abrió el micrófono a discursos preparados e improvisados, de los que la tita, que estaba al fondo del salón, oyó poco o nada, aunque no perdió la sonrisa en ningún momento. A los más pequeños se les asignó la tarea de hacerle entrega de sus regalos y también de un hermoso ramos de rosas rojas. Al pequeño "paje" le gustaron tanto las flores que no quería desprenderse de ellas y dárselas a su bisabuela.

La sobremesa se prolongó hasta las 7 de la tarde, para desesperación de los camareros y pese a los esfuerzos del tito por avisar por "megafonía laríngea" que debíamos retirarnos. Por supuesto toda la velada fue documentada con fotos hechas con todo tipo de modelos de móviles y, también, algunas cámaras. Ni House ni yo habíamos llevado ni lo uno ni lo otro así que espero que nos envíen la documentación por e-mail.

"Joie de vivre"

La tita Inés es la alegría y el espíritu del positivismo en persona. Su entrañable personalidad, graciosa y chispeante, no ha variado a lo largo de sus 97 años de vida.

Su sola presencia basta para animar cualquier velada. Al llegar, sus saludos van acompañados con la expresión que ha hecho suya: "¡Qué precioso!". La pronuncia con tanto cariño, y con un tono tan sincero, que siempre suscita la sonrisa del que la recibe. Nunca escatima piropos. Alabanzas como ¡qué primor! ¡qué guapo! ¡qué gracioso! o ¡qué manos tienes! están siempre en su boca.

Llama la atención el cálido brillo de su mirada. Como bien dice el refrán: los ojos son el espejo del alma y, la viveza que irradian los suyos es sólo una parte de la felicidad que rezuma su persona. Siempre está contenta, todo le agrada y a todo está dispuesta. No sólo eso, sino que además contagia con su sereno entusiasmo a los que la rodean. No tiene arrugas, dice que ¿para qué? si no las necesita. En sus propias palabras el secreto de su bienestar reside en: "dormir tranquila y vivir tranquila".

Forma parte de ese reducido grupo de seres que consiguen que cualquiera se encuentre a gusto a su lado. Con su verde y chispeante mirada y su sonrisa permanente, transmite su ilusión y su placer por la vida. Es tremendamente positiva, sólo se fija en lo bueno y le pone remedio a lo menos bueno. Le dolían los pies de tanto trotar por el mundo y, en lugar de quedarse quieta, buscó un podólogo que solucionase su problema. El "bonico" muchacho, le hizo unas plantillas a medida, acolchadas y muy cómodas, con las que amortiguar sus pasos. Ha vendido tan bien sus bondades que le ha atraído clientela. No piensa parar. Está buscando chófer para asistir a la inminente boda linarense, porque le pilla algo lejos para ir paseando. Aún le quedan muchos caminos que recorrer y seguro que, en poco tiempo, tendrá que renovar las plantillas por desgaste de las antiguas.

¡FELIZ CUMPLEAÑOS TITA!

viernes, 11 de mayo de 2012

"El cariño" (por mi padre)

Esta preciosa entrada la publicó ayer mi padre en su blog. Me la ha cedido con todo el cariño que indica el título para que también figure en el mío. Me encanta, muchas gracias. 

"El cumpleaños de una persona querida es siempre una acción de gracias. Los años pasan y el círculo se convierte en un cono, la base es amplia y la punta mínima. Por eso es tan agradable disfrutar de una gran familia. Sobre todo cuando, desde lejos, uno se libra de los posibles inconvenientes (aunque sufra la distancia, cuando toca).

Seguramente estas reflexiones banales están favorecidas porque el día de cumpleaños que va terminando en este hemisferio (y ya terminó para ella en el suyo) es el de mi hija mayor. Ser la médico de este familión requiere, desde luego, una paciencia sin límites, una firmeza compacta, un saber amplio y una habilidad maquiavélica, hacia fuera y hacia dentro. La he visto atender todo tipo de situaciones médicas, desde las más duras a las más alegres, siempre con idéntica actitud: la profesional. Algunas veces lo hemos pasado realmente muy mal juntos en alguno de esos casos. Sin duda el sobrenombre de Grumpy que eligió es un oxímoron. Pero dejar al Dr. House el de beautiful person fue, en cambio, acertado, porque hay que tener mucho salero para disfrutar una vida de felicidad en una casa de dos profesionales españoles de la sanidad pública, de dos hospitales y dos entornos diferentes. Menos mal que les encanta la música, porque la cosa tiene bemoles. 

Ha sido un acierto abrir el blog de Grumpy and a Beautiful Person a las aportaciones que ya no son del círculo, sino del tronco del cono, e incluso permitir escribir a la punta del mismo, aunque se haya moderado. Cuando se tiene gracia para escribir un blog personal y no uno habitualmente profesional, como éste, que hoy es una excepción, se produce una transmutación en las relaciones familiares. Todos sabemos que acabaremos saliendo en algún momento, con nuestros prudentes pseudónimos y, con humor, desde luego, con nuestros más destacados desaciertos. Y es que quien no tiene sentido del humor no tiene sentido del amor.

Hacer que tantos compartamos un camino mirando hacia la misma meta es el mayor ejercicio de amor que conozco. No me extraña que la respuesta sea masiva. Pero sobre todo quiero agradecer lo que me ha supuesto de compañía en el día de hoy. Ya sé que es un reflejo; pero lo de In me you see a man alone no ha funcionado hoy para nada y, de hecho, al elegir entre prepararme mi cena reglamentaria y dedicar un momento a estas líneas, ni lo he dudado: los hábitos se han roto sin remordimiento, incluso con cierta alegría torera (y ya hace falta que esté contento para que use ese adjetivo tan ajeno a mí, aunque tan cercano a los gustos de la mayoría).

"Lower Pecos" Reeda Peel
Claro que ya sé que tendré que escribir pronto algo dentro del tono habitual de mi blog, para no dejar estos párrafos en el primer plano más de lo imprescindible. Pero estarán allí, escondidillos, y podré asomarme de vez en cuando y recordar un diez de mayo de 2012 que fue mejor que los otros días del año, gracias a todos."

jueves, 10 de mayo de 2012

TARTA DE QUESO DE LUCKY

Esta es, sin lugar a dudas, mi tarta de queso favorita. Es la que mi angelical prima me prepara de regalo por mi cumpleaños, porque sabe cuánto me gusta. Es uno de los mejores regalos del día, y no sólo en mi opinión, ya que todos los invitados contribuyen a hacerla desaparecer con rapidez.

Cuando bajo a Linares, Lucky suele hacerme una, de la que Lalu y yo damos buena cuenta. Ambas estamos aún decidiendo si nos gusta más templada o fría, así que, mientras resolvemos nuestro dilema, la probamos de ambas formas para ayudarnos a salir de dudas. Aunque ponemos en ello todo nuestro empeño, no logramos llegar a una conclusión definitiva, así que tendremos que seguir con nuestra cata hasta entonces. Nos sacrificaremos con mucho gusto. Lamento informar que el cupo de jurados está completo. Sólo hay plazas para el puesto de juez sustituto en el caso de que las titulares no puedan estar presentes para oficiar los honores. Se recogen solicitudes en los comentarios.

Ni que decir tiene que, además, está asociada a un millón de agradables recuerdos de los momentos pasados en casa de los titos. Aquellas tardes en la cocina mientras ayudaba a la tita a montar las claras o a extender la base de galletas sobre el molde. Luego había que estar muy pendiente para controlar la cocción en el viejo horno con dos posiciones (alta y baja). Recuerdo que había que jugar constantemente con la temperatura para darle el punto perfecto, cosa que, por supuesto, Lucky siempre conseguía. Durante la deliciosa espera rebañábamos los restos de la masa pegados al recipiente en el que la habíamos preparado. Recién hecho, en la merienda, está deliciosa, aunque conviene esperar a que se temple un poco para que no se desmorone al partirla. Tiene una costra exterior finísima, del grosor mínimo necesario para contener el relleno de queso de su interior. El relleno adquiere diferentes texturas, a cual más apetecible: en la zona inferior se deposita una pequeña franja de sabrosa crema, de la parte más pesada del preparado, que se deshace en la boca, por encima de esta, queda un espumoso soufflé que le aporta ligereza al conjunto, de modo que se come sin sentir, y se hace imprescindible repetir. Está igual de buena templada que en la tertulia tras la cena, del tiempo, y a la mañana siguiente, en el desayuno, tras pasar la noche en la nevera, está tan rica que no hay mejor manera de empezar el día. Siempre aparecían unos cuantos convidados que parecían oler lo que se cocía, por lo que el pastel nunca pasaba de ese desayuno.

En vista de que aún nos queda por tomar la importante decisión de si la tarta está mejor templada o fría, aprovecho para recordar desde el blog a las artistas de este pastel que cualquier momento es propicio para saborear una muestra del producto a estudio.

TARTA DE QUESO DE LUCKY

Ingredientes
Para la base:
Galletas María
Mantequilla (una cucharada)
1 cucharada de Whisky
1 cucharada de leche condensada
Para el relleno:
500 gr de leche condensada La Lechera
6 huevos: separar claras y yemas
Un par de cucharadas de maicena disueltas en un vaso de leche
Ralladura de 1 limón
Zumo de limón
2 paquetes de Philadelphia Light (sirven otros quesos pero con este queda muy sabrosa)

Elaboración:
Base: Ablandar la mantequilla y mezclarla con la leche condensada y el whisky y un poco de agua. Remojar las galletas y cubrir con ellas un molde desmontable, aplastándolas y juntándolas entre sí. Dejar enfriar en la nevera mientras se prepara el relleno.

Relleno: Batir el queso con la leche condensada, la maicena con la leche, el zumo de limón, la ralladura y las yemas.
Montar las claras a punto de nieve.
Con cuidado, incorporar las claras a la crema de queso.
Verter la preparación sobre el molde de galleta.

Cocción: Hornear a unos 180º unos 35 minutos (si se tuesta demasiado por arriba se puede cubrir con papel de plata pasados unos 20 min). Estará hecha cuando al moverla no ondee la superficie. Conviene pasar un cuchillo por el borde para separarla del molde y evitar que, al enfriarse, tire al retraerse y se agriete la superficie. Dejarla un rato en el horno apagado, con la puerta entreabierta, para que no se baje del todo el soufflé.

Instrucciones para el correcto consumo:
- Pasar por la cocina para aspirar los aromas mientras se espera con impaciencia a que se temple lo suficiente como para cortarla.
- No empezarla hasta que al menos uno de los miembros del jurado esté presente. Se nombrará a un sustituto, preferiblemente con algo de experiencia, cuando no estén ambos. En caso de que la tarta haya sido elaborada por otra cocinera de la familia, debe avisar a alguno de ellos para así evitar sesgos en el estudio.
- Esperar su valoración (a veces es necesario que repitan para apreciar bien todos los matices)
- Repartir la tarta con cuidado de dejar un pedazo para el desayuno de los jueces a la mañana siguiente de modo que pueda completarse el juicio.
- Repetir el experimento, cuantas veces sean precisas, para cotejar los datos (éste es uno de los pasos básicos del método científico cartesiano).

Carta de felicitación de Choce

Esta es mi felicitación de parte de Choce. Es preciosa (como todo lo que él hace). Muchísimas gracias. 

Hoy es el cumpleaños de nuestra Grumpy, apodo cariñoso que le hemos asignados algunos de sus incondicionales y asiduos blogeros. Nada más lejos de la realidad, y por muy sonoro que resulte ser este alias (en su traducción al castellano significa gruñoncete), todos los que la conocemos sabemos que este adjetivo no le representa en absoluto. Aunque así son los motes en nuestra familia: cortos, armoniosos y con un toque de picardía; y si no que me lo digan a mí.
Si bien algo le puede definir en su totalidad a nuestra cumpleañera es el “beautiful person” que hace referencia la bienvenida a su blog. Ella es una bellísima persona en el término más amplio de la palabra, siempre entregada a los demás y con una imaginación y tesón dignos del mejor de los artistas.

Buenos días, le traigo el libro que me prestó,
¿Ya lo has leído?
¡No podía dejarlo!...¿ha llegado algo nuevo?
desde ayer...no
No importa, me llevaré ... ¡este!
¿Ese? Si lo has leído dos veces
¡Pero es mi preferido: Lugares lejanos, aventuras, hechizos
mágicos, un príncipe disfrazado!
Si tanto te gusta... puedes quedártelo
Pero señor…
Insisto
¡Pues gracias! ¡muchísimas gracias!

Ahí va esa joven tan extravagante
Que nunca deja de leer
Con un libro puede estar
Siete horas sin parar
Cuando lee, no se acuerda de comer.

Esta secuencia musical del comienzo de “La Bella y la Bestia” siempre me recuerda a ella. Bella está entusiasmada en su lectura y en su mundo interior, sin importarle los comentarios que brotan a su alrededor. Como la protagonista de esta película, Grumpy es especial, una heroína dentro y fuera de su trabajo, capaz de encantar a todos los que estamos a su alrededor y con un don especial para la lectura y escritura.
Yo he tenido la suerte de convivir con ella en casa de mis tíos durante mis años de carrera, de los que guardo recuerdos fabulosos e inolvidables. Hermana pequeña y yo éramos sus confidentes y cómplices en aquellos tiempos, además de los primeros en probar sus experimentos con las tartas y de compartir tardes de cine y noches de Ally Mc Beal.

Sin duda, uno de los recuerdos más reciente en torno a su cumpleaños fue en su último cambio de década, cuando decidimos prepararle en casa de mis tíos una fiesta sorpresa. Señora había preparado una comida exquisita, como siempre, y el resto nos encargamos de decorar todo el salón con guirnaldas del número de años que cumplía (por si en algún momento se le olvidaba la cifra, nosotros siempre tan considerados y atentos). House era nuestro gancho para que nos avisara en el momento de la llegada a la casa con un toque al móvil y recibirla escondidos y en silencio, como en las películas. Pero la sorpresa no salió como estaba prevista. Hermanísima había preparado un montaje de fotos recopilatorio increíble con la canción de “Girls just wanna have fun” de Cindy Lauper (una de las preferidas de Grumpy). Nuestra brillante idea fue ponerlo para probar que funcionara; y no sólo lo probamos, sino que lo dejamos que se reprodujera infinitamente mientras cantábamos y dábamos aplausos, brincos y risotadas por el salón: sobrinísima bailaba, Ciclón hacía piruetas magistrales en la alfombra, y mientras tanto, House daba toques al móvil a modo de contraseña que, por supuesto, no escuchábamos entre tanto escándalo. Cuando nos quisimos dar cuenta ya era demasiado tarde, Grumpy estaba en la puerta con una cara entre asombro y …“¿habéis empezado la fiesta sin mí?” ( ni que decir tiene que no conseguíamos parar el DVD en ese momento). Y ya ni cuento cuando vio tanto número por ahí colgado, que aquello parecía la Feria de las Matemáticas. A pesar de nuestro fallo de coordinación, la sorpresa le encantó, aunque ya se la oliera nada más salir del coche, o mejor dicho, la oyera. Esta es una de las tantísimas anécdotas geniales que tengo con Grumpy, que son muchísimas. Hace poco estuvieron ella y House viéndome en el último estreno de nuestro grupo de Teatro, y es algo que les voy a estar siempre agradecido, la buena energía llegaba hasta el escenario y su agradable presencia en casa hacía que me olvidara de los nervios previos. Aquel también fue un fin de semana memorable.

Con su voz dulce y de princesa,
ella es quien despierta a las musas,
antes de que amanezca.
Es tenaz cual caballero andante,
que va salvando vidas por todas partes.
Igual que el de una reina es su paladar,
y con sus manjares a todos consigue agradar.
De belleza cautivadora y gran valor,
sus cabellos guardan el secreto de la luz del Sol.
Sabia observadora como un ave imperial,
así es nuestra Grumpy,
no tiene igual.

¡¡¡MUCHAS FELICIDADES!!!
De Choce. 


Felicitación de hermanita

Mi hermanita también me ha enviado su felicitación "brasileña" para su publicación. No podía haber seleccionado una imagen más adecuada para una chocolate adicta golosa. ¡Muchas gracias!

¡Felicidades Grumpy! 

Mis recuerdos del cumpleaños de Grumpy siempre han estado asociados a la primavera, a las primeras fresas del año y al olor a pastel.

Durante algunos años Grumpy se dedicó a celebrar este día preparando tartas para sus amigos, compañeros del hospital, colegas del labortorio, etc. Como todo en su vida, ella no podía limitarse a preparar un par de bizcochitos, sino que aquello significaba que durante los 15 días previos a la fiesta, y algunos días después, convertía la cocina en una confitería de la que salían tartas de zanahoria, de chocolate negro, de queso, brownies y todo tipo de manjares. Año tras año aquello se fue convirtiendo en una tortura para los que vivíamos allí, que no catábamos ni un trocito de esas delicias (salvo en mi caso que siempre hacía de pinche y apuraba todas las fuentes). La situación llegó hasta tal punto que la Señora decidió que solo se hacían tartas si una se quedaba en casa, y a partir de ahí la cosa se fue reduciendo, o por lo menos yo lo viví así porque nunca me parecían tartas suficientes, aunque lo mismo llegó a la saturación.

Grumpy siempre ha sido una muy buena cocinera y su cumpleaños era un momento exquisito para comprobarlo. Sin embargo, no me gustaría que pasara esta fecha sin destacar en su blog una de sus mejores facetas, la de médico de La Familia. Ya solo por el hecho de ser médico ella cubrió uno de los grandes proyectos familiares que habría podido comenzar con mi abuelo materno o continuar con mi madre. Por motivos bien distintos, ninguno de los dos se dedicó a la medicina, pero Grumpy decidió ir por ese camino y se convirtió en un apoyo fundamental para todos los que en algún momento hemos necesitado asistencia, desde una receta hasta ataques de alergia en plena noche entre dos guardias.

Para mí siempre ha sido un apoyo fundamental, y aunque más de una vez me ha mandado hacer gárgaras yo sé que puedo contar con ella; con su mejor o su peor sonrisa, ella está ahí.

¡Espero que pases un día estupendo Grumpy! Un beso muy fuerte de tu hermanita.

"Carta de Sole"

Esta carta me la ha enviado mi prima Sole para ponerla en el blog por mi cumpleaños. Un millón de gracias. 

¡¡Muchas felicidades, Grumpy!! 

Quizás no sea yo la más adecuada para esta entrada, pero creo que después de tantas entradas que nos ha dedicado Grumpy, lo justo es dedicarle una entrada a ella.

Comparto con Grumpy no sólo el signo del zodiaco (Tauro), sino también el amor por la lectura.
Siempre he leído de todo (bueno, casi de todo) aunque quizás por las circunstancias de mi vida siempre he preferido historias con un final feliz…que me invitaran a soñar, y aunque aunque siempre me ha gustado soñar, he tenido los pies bien puestos sobre la tierra lo que no siempre es fácil.

Recuerdo desde que era pequeña a mi prima con un libro en las manos; no solían durarle mucho y, cuando terminó con los libros de casa de mi abuela, se dedicó a leer los de mi casa, que no eran pocos (mi madre también es una gran lectora).

Las mañanas de verano solía encontrarla sentada bajo la palmera, antes de que el sol de Linares empezara a calentar fuerte…

Siempre me he llevado bien con Grumpy, aunque era su hermano mi compañero de juegos desde siempre; solo unos meses nos separan en edad, y fue, y es, como un hermano para mi (razón por la que fue el padrino de mi hija). 

La enfermedad de mi hija nos unió aún más a Grumpy y a mí. ¡Quién me iba a decir que la chica que se mareaba viendo sangre de pequeña (yo lo he visto) se convertiría en una fantástica médico!

Aquel Julio de 1996 me fui a Madrid siguiendo sus consejos, y nunca me he arrepentido. 

Tengo una familia fantástica, e intentaron que pasáramos solas el menor tiempo posible. Aún recuerdo aquellas croquetas del comedor de médicos y residentes (soy una de las pocas personas que disfrutaban con esa comida) y las escapadas de mi prima a vernos teniéndose que quitar el uniforme para que mi hija no la expulsara de la habitación .
Sé que no fue fácil para ella, como médico sabía la gravedad de la enfermedad de mi niña, y como prima me veía sufrir por ella.
Los médicos hablaban con ella, y queriendo hacerme menos daño le pedían a Grumpy que transmitiera sus malas noticias. Sé que no fue nada fácil, pero ella sabe que siempre le agradeceré que intentara mitigar los golpes.


He ido de compras con ella, y sabe todos los sitios chulos de Madrid.
He ido a comer con ella, y hay que decir que es una persona de paladar refinado, le gusta comer bien aunque sea poco...
He paseado con ella (tanto en coche como andando), y como ‘Señora’, conoce todos los atajos y callejuelas.

Esto es solo un pequeño homenaje a ti, Grumpy, para darte las gracias por hacernos los días más amenos con tus historias y felicitarte el día de tu cumpleaños.
Espero que no sea la única que quiera dedicarte una entrada en tu propio blog.
Un beso y muchas felicidades de nuevo:

Tu prima Sole. 

Cosas que me gustan de mi cumpleaños

El cumpleaños no es un día cualquiera, es un día en el que pedir deseos, comer tarta, recibir llamadas y mensajes de los seres queridos y montar algo especial para celebrarlo. Incluso aunque pueda presentarse algún contratiempo, este se sobrelleva mejor y se trata de olvidar lo antes posible para que no pueda fastidiar el encanto de la ocasión. ¿Cuales son las cosas que forman parte de mi cumpleaños feliz?

La primera es la anticipación. Según se acerca la fecha se tachan días en el calendario mental: "ya sólo quedan dos semanas... es dentro de diez días... el próximo jueves... mañana". Durante todo este periodo se hacen infinidad de planes al respecto del modo más apetecible de celebración y que, además, pueda compaginarse con la agenda del resto de la familia.

Dentro de los proyectos entra el de escribir una entrada especial para el blog. Una encuentra un motivo adecuado con el que se identifica, o se le ocurre alguna idea peregrina que nadie leería sino fuese por la obligación con el homenajeado, y aprovecha la ocasión para colocarla ese día. Claro que todo resulta mucho mejor cuando se debe alterar la programación prevista porque a la familia se le ocurre escribir la entrada del día por ti, para que la publiques en lugar de tus propios escritos (y de paso descansar de mis divagaciones). Pocas cosas producen tanta ilusión como leer los elogios de la gente que se quiere. Es muy agradable recibir esas valoraciones tan positivas y saber que, pese a haberte padecido en los ratos en los que no se soporta ni uno mismo, los que importan te recuerdan por los buenos.

No me molesta cumplir años, es algo tan inevitable como el hecho de haber nacido en una determinada fecha. Me hace gracia cuando los pacientes me dicen que soy muy joven, así que supongo que no aparento la edad que tengo. También tengo claro que las pinturas de guerra de las mañanas son las principales responsables de ese juvenil efecto. Por supuesto, otro factor a tener en cuenta es el peinado. A base de escuchar a mi abuela criticar "esos pelajos" una se conciencia de llevar el cabello arreglado. Es por ello por lo que ayer me pasé por la peluquería para mimarme un poco y contribuir a la economía del pequeño comercio. No es un tipo de negocio que vaya a subsistir con mi aportación, pero la víspera del cumpleaños es una fecha excelente para hacerle una visita. Además a House le gustó el resultado.

Dentro de la anticipación está la selección de la tarta de cumpleaños. Ese día no puede pasar sin que se soplen las velas. Si por mí fuese, seguiría poniendo una velita por cada año, pero el pobre pastel terminaría como un acerico, así que me contengo. Otro problema es que la paciencia no se cuenta entre mis virtudes por lo que, eso de esperar hasta la hora de la merienda-cena para apagar las velas, aunque sean de las de número, no va conmigo. En mi opinión el momento idea para tomarse la tarta y escuchar el cumpleaños feliz es en el desayuno. No hay mejor manera de comenzar el día. Es por ello, por lo que al salir de la peluquería, me acerqué a Cala Millor a escoger el pastel. Tienen una selección estupenda de un millón de cosas deliciosas, con unas ensaimadas mortales. Mi elección final recayó en una Sacher que ha resultado todo un acierto. Además compré unos cuantos bollitos para llevar hoy al hospi y unas agujas de ternera para la cena de ayer de House (las de este sitio son sus favoritas).

Otro factor que, en mi opinión, contribuye a hacer más placentero el día es el hecho de madrugar (no creo que haya muchos que compartan mi punto de vista). El día da más de sí porque, evidentemente, se alarga. Se trata de despertarse simplemente por la emoción del día, sin despertador y por supuesto, sin rastro de sueño. Hoy me ha ocurrido cuando aún no había amanecido. He disfrutado de esas primeras horas leyendo los mensajes de los que están lejos. Luego me he cogido un libro. Es genial aprovechar ese rato de silencio para leer, tranquilamente y sin interrupciones, tirada en el sofá.

Marcel Marlier
Esta mañana,  House, en lugar de arrastrarse a duras penas como es habitual, ha venido a darme un beso y a felicitarme con una sonrisa. Me ha preguntado si me apetecía desayunar y soplar ya las velas (para lo que llevaba unas tres horas esperando) y eso hemos hecho. Por supuesto he pedido todos los deseos que se me han pasado por la cabeza.

En el coche he ido tan contenta, con el sabor del chocolate aún en la boca mientras canturreaba a mi aire el "Girls just wanna have fun" al que hace referencia mi primo en su felicitación de hoy. He tenido que parar a repostar porque el pobre coche andaba algo seco. En la gasolinera me conocen porque que acudo allí semanalmente desde hace años y, me he dejado llevar y  les he informado del evento del día, con lo que me he ganado unas cuantas felicitaciones. Ya en el hospital, la primera persona con la que me he encontrado ha sido con uno de mis mejores amigos que se iba para casa porque salía de noches ¡no podía tener mejor recibimiento!

Hoy me tocaba operar, así que he sufrido un poco con el masoquismo característico de los cirujanos al enfrentarse a los retos. No es que el parte prometiese nada especialmente dificultoso, pero incluso lo más sencillo es susceptible de complicarse y hoy ha habido algo de eso. No es que sea el panorama ideal pero, cuando las cosas se resuelven tras sudar tinta, una puede sentirse satisfecha. La contrapartida ha sido que había reservado para comer con House en Sacha y he llegado por los pelos. Aunque algo justa, he llegado, la comida ha sido estupenda y el vino ha borrado toda la tensión de la mañana.

Al llegar a casa me he encontrado con un montón de felicitaciones, en el ordenador y en el teléfono, con las que terminar de redondear el día.  ¡Mil gracias a todos!

PS: Los festejos no han terminado: el domingo, la reunión familiar con barbacoa en casa de mi hermano promete ser memorable.



miércoles, 9 de mayo de 2012

Aragorn el Gris

Si Tolkien hubiese conocido a nuestro Mago Gris no habría podido reflejar mejor las cualidades del mismo en su personaje de Gandalf. No sólo eso, sino que también posee el aura, leal y romántica, de Aragorn. En él se combinan la generosidad desinteresada con la nobleza de su espíritu. Reflexivo, nunca toma una decisión, ni da un consejo, sin ponerse en el lugar del otro. Mantiene la serenidad y no pierde nunca su buen talante. Es un bastión en las peores situaciones y un ejemplo en todas.

Por supuesto, no podría ser de otra manera, es universalmente querido y su valía reconocida. Enamorado desde la infancia de la tita Lucky, ambos han superado juntos difíciles pruebas que han consolidado su amor. Viven su idilio casi como colegiales y da gusto estar con ellos y compartir la atmósfera de cariño que les rodea. Supongo que eso hace que disfruten de poco tiempo de soledad porque su casa, a modo de Rivendell, es lugar de encuentro, y acogida, de toda la familia. La frase "nos vemos en casa de los titos" es la usada habitualmente para quedar unos con otros. Las reuniones empiezan entre los sabrosos aromas de la cocina para, luego, desplazarse al salón, siempre alrededor de una  buena mesa. Aunque parezca que vamos allí para deleitarnos con los guisos de la tita, la verdadera razón es gozar de la compañía de ambos, de la que, al igual que de su comida, nunca nos vemos hartos. Eso hace que con ellos el tiempo vuele y las sobremesas se alarguen y las cenas se prolonguen en tertulias hasta bien entrada la noche. Cuando uno se da cuenta de que "esos señores querrán dormir" es fácil que, la hora bruja, haya quedado atrás.

Estoy segura de que hoy no le faltarán espontáneos, que con la idea de aprovechar la ocasión de su cumpleaños para acudir en tropel, más que dispuestos a colaborar a dar buena cuenta de una de las deliciosas tartas de la tita. Se encontraran con que sus anfitriones han huido para disfrutar de los románticos paisajes de las Islas Afortunadas.

¡MUCHÍSIMAS FELICIDADES TITO!

sábado, 5 de mayo de 2012

¡Feliz Día de la Madre!




Nací un domingo de Mayo, así que soy una "niña de domingo". Gracias a la película del mismo nombre, supe que los bebés nacidos en ese día se consideran especiales. Según la clásica rima infantil inglesa, utilizada para aprender los días de la semana (y que transcribo al final de este post), los niños del domingo son: bonitos y risueños, buenos y felices; en resumidas cuentas, afortunados. Esta asociación se explica porque es un poema de origen pagano y, se supone que estos infantes están bajo la beneficiosa influencia del Sol, el astro del día. Aunque sea esa la razón, es agradable fantasear con que se tiene todo ese potencial.

Mi domingo no fue un día cualquiera, sino que, con mi habitual "don de la oportunidad", escogí un momento significativo. Para hacer honor a mi alumbramiento, el azar decidió que, en Canadá, donde les pilló a mis primerizos padres el feliz acontecimiento, el segundo domingo de Mayo fuese, además, el día de la madre (es así en toda Norteamérica). De ese modo el evento no se limitó tan sólo a la llegada de un bebé madrugador, hambriento, hinchado y llorón sino que, además, fue la primera vez que mi madre pudo celebrar ese día como homenajeada. Claro que, justo entonces, no estaría en condiciones de disfrutar demasiado de la fiesta. La llegada de mis hermanos afianzó su maternidad y, aunque ninguno de ellos repitió el mismo detalle que acompañó a la mía, mi hermano se acercó bastante, al nacer el mismo día de su cumpleaños. Seguro que él opina que "me superó".

Aunque la Señora siempre ha dicho que no posee un gran instinto maternal, sí que tiene un extraordinario sentido de la familia. Para ella ésta es el núcleo alrededor del cual se desarrollan las diferentes facetas de la vida. No es un concepto cerrado, limitado a  padres e hijos, sino que se ramifica para englobar a tíos y primos, de varios grados, que se convierten casi, y sin casi, en hermanos. Además también incluye diversos tipos de allegados, sin necesidad de lazos civiles o de consanguinidad. En medio de su amplitud siempre hay hueco para acoger, como a uno más, a aquellos que deseen entrar a formar parte de ella.

Es mi gran revisora. Tras una vida profesional dedicada a su enseñanza, por sus manos ha pasado desde cuñadísimo hasta todos los "melones", según sus propios términos, del vecindario, además de algún opositor de la familia. Ahora soy yo la que abusa de su buena disposición, y de sus amplios conocimientos de lengua y literatura, para que me corrija mis historias. Es una gran crítica y, gracias a su contribución, mis cuentos han gustado a casi todos los que los han leído, salvo (desgraciadamente) a los jurados de los concursos a los que los he presentado. No obstante, si ella dice que está bien, tengo muy claro que tiene razón porque, además de confiar en su buen criterio, "mi mamá" nunca se equivoca.

¡MUCHAS FELICIDADES MAMÁ!

"Days Of The Week" 

Monday's Child is fair of face,
Tuesday's Child is full of grace,
Wednesday's Child is full of woe,
Thursday's Child has far to go,
Friday's Child is loving and giving,
Saturday's Child works hard for a living,
And the Child that is born on the Sabbath day
is bonny and blithe, and good and happy.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Mes de las flores

Jessie Willcox Smith
Me gustan las flores en el campo y en los parques. También en las tiendas de plantas en las que, su abundancia, simula un jardín. Me gustan también en amplias macetas, agrupadas y acompañadas por otras. Su aislamiento me resulta artificial y melancólico.

No tengo mano verde, sino negra, y ninguna hierba resiste mis cuidados. La única excepción es un aloe, que compré por las propiedades dermatológicas de la gelatina de sus hojas, y del que se ocupa House (gracias a él sobrevive). Ni él ni yo hemos hecho nunca un uso medicinal de nuestro sufrido aloe. El motivo: nos da pena cortarlo y, ni siquiera cuando las hojas de abajo se marchitan, somos capaces de podarlas para aprovechar la zona aún turgente. Aunque el único cosmético que toca la piel de House es su gel Badedas, yo sí que uso aloe (cuando me acuerdo) y para ello me compro un bote en la parafarmacia del Corte Inglés. Podría hacerme con un bosque de pitas por el mismo precio pero, aún así, soy incapaz de mutilar a mi plantita.

Supongo que esa aversión a cortar cualquier vegetal, que no sea para hacer un guiso, es la razón por la que no me atraen especialmente los ramos. Al cortarlas, las pobres flores empiezan a marchitarse hasta consumirse y morir, tal y como ocurre en el cuento de "Las flores de la pequeña Ida" en el que se basa "El vals de las flores" de Tchaikovsky. La niña es la espectadora escondida de la fiesta de sus flores que, después de pasarse la noche en danza, amanecen al día siguiente ajadas y mustias. Representamos la historia en el colegio de Valladolid (e hice el papel de Ida) y, en Madrid, años después, en una función de navidad de la academia de ballet, bailamos la coreografía. En mi cerebro infantil se debió grabar la ruina de la belleza de las flores (por no comentar nada del resultado igualmente mortal de nuestro atentado al ballet) y eso ha debido de influir en mi escasa afición a los adornos hechos con ellas. En mi opinión, un arreglo de flores muertas carece del encanto de las mismas en su lugar de origen.

Éste sería el vídeo de la película Fantasía de Disney de esa pieza musical:



¿Mi flor favorita? No sabría decirlo. Las asocio con recuerdos y eso ha convertido a muchas especies de ellas en entrañables:

Grace Norcross
En primavera, las amapolas y las grandes margaritas, a veces tan altas como las primas, brotaban en la granja por doquier y, cualquier paisaje salpicado con ellas, me trae a la memoria los juegos infantiles, las esperanzas románticas que poníamos en ellas al deshojarlas (cogíamos las que estaban rotas por nuestras correrías y, lógicamente, preferíamos las impares), mis refugios entre la hierba para perderme con mi libro y el campo entre los olivos por el que salíamos a montar con mi tío. Las margaritas pequeñas salpicaban el césped del jardín de Valladolid. Eran tan diminutas que, la primera vez que las vi, corte una de ellas en una ocasión para observarla mejor. Mi padre me regañó por mi crimen. Su argumento fue: "¿qué pasaría si todos los niños cortasen una de aquellas flores?" Su lógica era irrebatible y el razonamiento se me quedó grabado a fuego. Lo asumí como algo que no debía hacerse jamás y supongo que me marcó hasta el punto de que los ramos no despiertan en mí el mismo placer que para el resto de la humanidad.

La camelia, con su simetría de pétalos pequeños, redondos, uniformes y perfectamente colocados, era mi foto preferida de un libro de flores y plantas de mi infancia vallisoletana, aunque no vi ninguna al natural hasta años más tarde. Tras leer "La Dama de las Camelias" de Dumas, su romanticismo me conquistó y acrecentó al encanto de la flor. La opera de "La Traviatta", una de mis favoritas, acentuó, aún más si cabe, mi predilección.

La camelia no es la única flor asociada a los libros. "Peony in love" de Lisa See (traducido como "El pabellón de las peonías") me fascinó. Su poético lenguaje y su historia de fantasmas me recordó a las magníficas leyendas de Bécquer, con la diferencia de su aplicación a la cultura china. El año pasado, fui con la Señora al jardín botánico cuando las peonías estaban rabiosas de flores. Su aspecto de enorme rosa, con su millar de pétalos apretados, que rezuman por su cáliz y parecen a punto de derramarse, apenas capaces de sujetarse a él, me impresionó por su frágil belleza.

Los lirios me recuerdan a mi abuelo paterno. Le recuerdo en el chalet, a última hora de la tarde, en verano, mientras regaba con la manguera su adorado jardín. Los suyos eran lirios grandes, de color violáceo, que bordeaban, simétricos y alineados, al resto de las plantas y que inclinaban sus cabezas entre largas y delgadas hojas verdes. Los lirios blancos silvestres me traen a la memoria los "lilies of the valley" a los que se refiere Lucy M. Montgomery al describir los paisajes de la isla canadiense del Príncipe Eduardo en Anna de las Tejas Verdes (y sus secuelas). Sus historias me encantan, son tan visuales que uno puede llegar a ver los paisajes y los personajes e incluso escuchar en la mente sus voces cuando hablan. Los pequeños lirios del valle no sólo tienen reminiscencias literarias canadienses sino que son, además, la flor de los nacidos en Mayo. También a Lily, la protagonista de "La casa de la alegría" mi novela favorita de Edith Wharton, la identifico con un gran lirio blanco: frágil, solitario, hermoso y algo nostálgico.

No obstante, no son los lirios sino los tulipanes las flores que asocio a mi nacimiento. Mi madre cuenta que, cuando salió del hospital, en Montreal habían brotado en los parques y la ciudad estaba cuajada de todas su variedades. Los bulevares de la Castellana se alfombran con ellos cuando se acerca mi cumpleaños y transforman el paseo en un colorido cuadro.

El olor a jazmín es el de la granja. Así olía nada más salir al patio y, también, al entrar en el salón. La tita Mercedes cogía todos los días un puñado de esas flores del arbusto del patio (a ella sí le estaba permitido) y los repartía entre los ceniceros de las estanterías. No era un olor penetrante y cargado, sino dulce y sutil. Mi perfume favorito, Eau de Parfum Cristalle, tiene ese mismo olor, apenas una sombra de esencia de jazmín entre jacinto, bergamota, limón, albahaca y musgo de roble. Supongo que, al escogerlo, me traicionó el subconsciente.

Al pasear por una rosaleda, con sus parterres ordenados, me pierdo al contemplar las tonalidades de cada arbusto y los diferentes estadios de las flores, mientras trato de decidir si me gustan más a medio abrir o cuando revientan. Me traen recuerdos de las mañanas de los sábados en Valladolid, cuando íbamos con mi padre a montar en bici y a remar en las barcas del Pisuerga. Las últimas rosas de la temporada las asocio al parque de La Grange de Ginebra y, también, a las que hay al lado del Pont du Mont Blanc. La cuidada rosaleda del Retiro es un rincón, afortunadamente, menos conocido que el atestado estanque. En ella se respira un atmósfera de cuento de hadas (lo que también sucede en otros muchos recovecos del parque). Mis favoritas son las rosas con matices, ya sean las silvestres con sus cinco pétalos o las de corolas cuajadas. Pueden ser blancas con un rubor rosado, o amarillas pálidas y asalmonadas, también las rosas rosas, suaves o intensas. Las rosas rojas me gustan cuando parecen hechas de terciopelo denso de sangre y seda, para alimentar mi "vena" romántica.

martes, 1 de mayo de 2012

Primeros coches

No recuerdo el coche canadiense, salvo por las fotos de aquella época: un sufrido Volkswagen escarabajo de color rojo, escogido por su sistema de arranque, al parecer el más adecuado para las mañanas invernales de aquel país. Nada más levantarse, había que enfundarse el anorak, el gorro, los guantes y las botas, bajar a la nieve para desenterrar el coche y darle a la llave de contacto. Una vez el motor y la calefacción encendidos, mi progenitor de turno, se subía de nuevo a la casa para ducharse, vestirse y desayunar.

Como nací en Mayo, mis excursiones motorizadas empezaron enseguida. ¡Había que aprovechar el buen tiempo! Cumplí mi primer mes en las cataratas del Niágara, en la compañía de mis dos abuelas a las que mi nacimiento, antes de lo previsto, les supuso planear el viaje de manera algo precipitada. Mejor así, conociendo a mi padre seguro que había organizado proyectos para toda su visita (y también para después). Mi madre comenta que el verano canadiense era casi igual de horrible que el invierno. El calor húmedo la dejaba aplatanada y, durante las excursiones a la naturaleza, los mosquitos se la comían viva (al parecer son muy similares a los midgets escoceses). Los insectos nunca han supuesto ningún impedimento que obligase a mi padre a adoptar otros planes así que, si era necesario envolverse en una mosquitera y armarse de un abanico para recorrer los bosques y la orilla de los lagos, estaba claro que, por una minucia de ese calibre, no se iban a quedar sin verlos.

El primer coche que recuerdo fue ya en España. Un Citroen, también rojo, con asientos de plástico negros en los que las piernas se quedaban pegadas. Claro que, en el verano, eso se subsanaba con una toalla a modo de cojín ya que, aquel material, además de pegajoso, quemaba literalmente la piel tras pasarse el vehículo horas expuesto al tórrido sol andaluz. De los viajes de aquella época recuerdo que mi madre siempre iba bien provista de bolsas en las que, "la delicada niña", vomitaba hasta la primera papilla. El paso de Despeñaperros en aquella época era criminal. Al regresar de Linares, siempre me mareaba en ese punto y no me recuperaba en todo el viaje. Por supuesto, no se podía parar, entre otras cosas porque no había donde. Recuerdo un viaje de aquellos en el que llevaba puesto un mono de punto azul marino con una especie de volantes en los tirantes y unos botones rojos, en forma de flor, para sujetarlos. ¡Era precioso! Cuando, como de costumbre, me mareé, hice todo lo posible por no mancharme la ropa, no se fuese a estropear. Pese a mis esfuerzos, no lo logré por completo y me dio mucha pena, tanta, que sólo recuerdo esa sensación y no el malestar de mis tripas. Algo después descubrí que no era buena idea desayunar tres platos de arroz con leche antes de emprender camino, por muy bueno que lo hiciese mi abuela. De ese viaje en concreto no recuerdo lo que llevaba puesto, sólo sé que, en el dichoso Despeñaperros, me arrepentí amargamente de mi glotonería y que, ese postre, perdió algo, sólo algo, de su aliciente (lo suficiente como para aprender a contenerme).

Poco después comenzaron nuestros periplos a bordo del 1430 familiar. Ese vehículo ha pasado tantos años en la familia que, a modo de Herbie, adquirió personalidad y se convirtió en un miembro más del clan. Por lo tanto, se merece otro post.